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Moscú.— Rusia puso ayer en duda este las acusaciones de Reino Unido que la señalan en el envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal, insinuando que el caso fue una “puesta en escena” de las autoridades británicas.
En una reunión con embajadores en Moscú, el jefe del departamento de control de armas de la cancillería rusa, Vladimir Yermakov, denunció las “incoherencias” de la versión de Londres. Aunque insistió en “no acusar a nadie”, el diplomático dijo: “O bien las autoridades británicas no son capaces de proporcionar protección para este tipo, digámoslo así, de ataque terrorista, o bien pusieron en escena directa o indirectamente, y no acuso a nadie, un ataque contra un ciudadano ruso”.
En Londres, el jefe de la diplomacia Boris Johnson reaccionó y comparó el Mundial de futbol de Rusia 2018 con los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, cuando Hitler estaba en el poder.
La cancillería rusa consideró la comparación “inadmisible” e “indigna de un jefe de la diplomacia de un Estado europeo”.
Rusia también rechazó un posible boicot al Mundial de futbol por parte de los gobernantes de países occidentales, como Reino Unido y Polonia. “Nuestros colegas y socios sólo se castigan a sí mismos”, dijo Arkadi Dvorkovich, jefe del comité organizador.