Kiev.— Rusia atacó ayer ciudades y localidades a lo largo de un frente de cientos de kilómetros de largo y envió más soldados a Ucrania, en una batalla potencialmente crucial por el control del corazón industrial del país, formado por minas de carbón y fábricas.
Si tiene éxito, la ofensiva rusa en la región del Donbás partiría en dos a Ucrania y daría al presidente Vladímir Putin una muy necesaria victoria. El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, anunció una “nueva fase” de la ofensiva.
Las ciudades de Kharkiv y Kramatorsk fueron atacadas fuertemente, y se reportó que un hospital de Bashtanka fue blanco de la artillería. Rusia también dijo que había atacado con misiles zonas alrededor de Zaporizhia y Dnipro, al oeste del Donbás. El ejército de Ucrania dijo que las fuerzas rusas intentaron “romper nuestras defensas a lo largo de casi toda la línea del frente”.
México hizo un nuevo llamado a poner fin a la guerra en Ucrania.
En su intervención en el Consejo de Seguridad, Juan Ramón de la Fuente, embajador de México ante Naciones Unidas, respaldó al secretario general de la ONU, António Guterres, para lograr una pausa humanitaria “que permita a la población civil más expuesta trasladarse a lugares más seguros e insistimos en la necesidad de investigar cualquier insidente que violente el derecho de los refugiados”.
De la Fuente reprobó los recientes ataques en la ciudad ucraniana de Kharkiv. Comentó que 90% de desplazados están expuestos a todo tipo de abusos. “México hace un nuevo llamado a poner fin a esta guerra y a respaldar la integridad territorial de Ucrania, de conformidad con sus fronteras internacionalmente reconocidas”, dijo.