Moscú.— El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció ayer que su país desarrollará en menos de dos años las variantes terrestres del misil de crucero Kalibr y del misil hipersónico de alcance medio, la respuesta rusa a la decisión de Estados Unidos de abandonar el primer tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría, el INF.
“Durante 2019 y 2020 debemos desarrollar una variante terrestre del sistema Kalibr de emplazamiento marítimo con misiles de crucero de largo alcance que tan buen rendimiento dieron en Siria”, mencionó Shoigú durante una reunión en el Ministerio de Defensa.
Además, agregó que “en los mismos plazos habrá que fabricar los sistemas de misiles terrestres con cohetes hipersónicos”.
Shoigú destacó que el hecho de que esos misiles ya existan en su versión marítima y aérea “permitirá reducir considerablemente los plazos de fabricación de los nuevos misiles y el costo de su financiación”.
“Lo importante es aumentar el alcance de los sistemas de misiles terrestres ya existentes hoy”, precisó, y ordenó a su viceministro, Alexéi Krivoruchko, que se inicien “en un plazo breve de tiempo” los trabajos para el desarrollo de dicho armamento en el marco del presupuesto asignado con este fin para los próximos años.
Shoigú hizo estas propuestas el sábado pasado al presidente ruso, Vladímir Putin, cuando éste anunció que Moscú también renuncia al tratado de eliminación de misiles de medio y corto alcance (INF), que la URSS y Estados Unidos firmaron en 1987.
Desde que decidió intervenir en Siria en 2015, Rusia ha utilizado los Kalibr para atacar las posiciones yihadistas en el país árabe desde fragatas en el Mediterráneo y el Caspio.
Mientras, Putin anunció públicamente que Rusia había desarrollado armamento hipersónico en su ya célebre discurso sobre el estado de la nación de marzo de 2018, y en diciembre pasado confirmó que el misil hipersónico Avangard, capaz de superar el escudo antimisiles estadounidense, ya estaba listo para el combate.
El ministro subrayó que Estados Unidos trabaja activamente en el desarrollo de misiles de emplazamiento terrestre con un alcance mayor de 500 kilómetros, lo que viola el INF.
El sábado, Putin adelantó que la respuesta rusa a EU sería “simétrica”, pero que Moscú no desplegaría armamento que viole el INF, es decir, que tenga un alcance entre 500 y 5 mil 500 kilómetros, ni en la parte europea de Rusia ni en otras partes del mundo, mientras no lo haga Washington.
En teoría, ambos países tienen aún seis meses para recapacitar y regresar al tratado, aunque los expertos consideran que eso no ocurrirá.