San José.— Cuba celebró a toda pompa el décimo aniversario —28 y 29 de enero— de la proclamación de y el Caribe como “zona de paz” y acusó repetidamente a Estados Unidos de promover la guerra y amenazar a los países latinoamericanos y caribeños con “las ansias de poder del imperio estadounidense sobre la región”.

Pero el 30 de ese mes el diputado opositor ruso Alexei Zhuravlev, entonces primer vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal (Cámara Baja) de la Asamblea Federal (Congreso) de Rusia, sugirió que el gobierno de su país debería colocar armas nucleares en Cuba, Nicaragua y Venezuela en contrapeso a que EU tiene armamento similar en bases militares en siete naciones de la Unión Europea (UE).

Sólo cuatro meses y medio después, hospedará, del 12 al 17 de este mes, un destacamento naval de cuatro buques de Rusia —el submarino de propulsión nuclear Kazan, la fragata Gorshkov, el buque petrolero Pashin y el remolcador de salvamento Nikolai Chiker— y en un severo desafío de Moscú a Washington en la apetecida región del mar Caribe.

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“Denunciamos el actual vasallaje del gobierno de la isla al poder ruso”, aseguró ayer DFrente, organización opositora o disidente cubana dentro de Cuba al régimen comunista que se instaló desde 1959.

“Reafirmamos que la nación cubana, en sus siglos de historia, jamás ha respetado a quienes se someten a imperios. Quizá con esto [la llegada de las naves rusas] los gobernantes cubanos quieren sugerir a la sociedad que Rusia podría otorgar subsidios” para resolver la honda crisis socioeconómica de Cuba que se agudizó al menos desde 2018.

La llegada de las embarcaciones rusas “es una maniobra del gobierno cubano para mostrarse como un actor geopolítico que tenga que preocupar a EU”, afirmó el abogado y politólogo cubano Roberto Viega, del equipo coordinador en España de DFrente. “Los gobernantes cubanos, erróneamente, llevan mucho tiempo buscando que, mostrándose cercanos a Rusia, incentivarían una mejor relación del gobierno estadounidense con ellos para negociar. Eso es absurdo y una falta de capacidad para entender las cosas. No creo que unidades militares rusas se vayan a establecer en Cuba”, dijo Viega a EL UNIVERSAL.

“Tampoco niego que eso pudiera ocurrir, por la incapacidad del gobierno cubano. Rusia no da ni dará ningún beneficio a Cuba. Rusia se aprovecha de esa torpeza del gobierno cubano, para usarlo y mostrarle a EU que puede tener una presencia militar cerca [de EU] y que, a través de Cuba, puede desafiar a EU. Cuba se deja manejar con facilidad por Rusia”, añadió.

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EU, acusado a diario por La Habana de causar todos los problemas de la isla por el embargo económico que dictó contra Cuba en 1962, minimizó la importancia de la entrada de las naves rusas a La Habana. EFE reportó ayer desde Washington que fuentes del Pentágono descartaron que ese movimiento suponga una amenaza directa a la seguridad estadounidense, porque será una operación naval “rutinaria” de Rusia.

Las embarcaciones rusas entrarán a Cuba en el contexto de la guerra que Rusia lanzó en febrero de 2022 contra Ucrania. Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia se afianzaron en el siglo XXI como los principales clientes americanos de Rusia en compras militares y defendieron repetidamente las acciones rusas en Ucrania.

El periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), publicó anteayer que la “visita se corresponde con las históricas relaciones de amistad” entre La Habana y Moscú “y se acoge estrictamente a las regulaciones internacionales de las cuales Cuba es Estado Parte”.

El Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba “aclaró que ninguno de los navíos es portador de armas nucleares, por lo que su escala en nuestro país no representa amenaza para la región”.

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En contraste, cuando el buque Cutter James, de la Guardia Costera de EU, arribó hace dos meses a Uruguay para sumarse en abril y mayo a fuerzas militares especiales estadounidenses en unos ejercicios conjuntos con unidades castrenses uruguayas, Granma advirtió el 26 de abril: “Alerta por presencia militar de EU en Uruguay”. El ingreso de hasta 10 militares de tropas especiales estadounidenses a territorio uruguayo fue aprobado por la Cámara de Senadores de Uruguay.

Cuba se convirtió, de 1960 a 1991, en un peón en América de la entonces Unión Soviética con una incesante presencia militar soviética en la isla y, durante más de 30 años, recibió miles de millones de dólares de subsidios de Moscú como pago del azúcar cubano, con precios superiores al mercado internacional, en trueque con petróleo ruso.

Con la caída en noviembre de 1989 del Muro de Berlín y el desplome en dominó del campo socialista de Europa del Este, la Unión Soviética se desintegró en 1991 y su desaparición impactó fuertemente en la economía cubana.

Teniendo a La Habana como sede, una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) declaró en 2014 a los 33 países de América Latina y el Caribe como zona de paz.

Al día siguiente del festejo del décimo aniversario de ese hecho, el diputado Zhuravlev pidió que “Rusia debería colocar armas nucleares en Cuba, así como en Nicaragua y Venezuela, en la parte más vulnerable de Estados Unidos”.

En su declaración, registrada en una entrevista que concedió a NEWS.RU, medio digital ruso, insistió en la necesidad de establecer lanzadores de misiles y submarinos en la parte “más vulnerable” de EU

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