El Ministerio británico del Interior envió avisos de deportación a unos 100 ciudadanos de la Unión Europea (UE) por error, según se supo ayer, cuando las autoridades tuvieron que disculparse por el incidente.
Eva Johanna Holmberg, una historiadora finlandesa de la Universidad Queen Mary de Londres casada con un británico, fue una de las receptoras de la misiva, la semana pasada. La carta le avisaba que si no salía del país en un mes, el ministerio tendría que dar “direcciones de traslado” y la calificaba como “persona susceptible de detención de acuerdo con la Ley de Inmigración”.
“No podía creerme lo que estaba viendo”, dijo ayer a la BBC Holm-berg, qu ien lleva años viviendo en Reino Unido. Explicó que había contactado a un abogado para preguntar si se puede apelar una deportación. Tras el escándalo generado por su caso, el Ministerio del Interior se vio obligado a disculparse por el error.
“Hablamos con la señora Holm-berg para disculparnos por ello y garantizarle que puede permanecer en Reino Unido”, informó a través de un comunicado. Según un portavoz, se han enviado unas 100 cartas de este estilo.
“Estamos contactando a cada persona que recibió la carta para aclarar que pueden ignorarla”, explicó el funcionario. “Está completamente claro que los derechos de los nacionales [de países] de la UE que viven en Reino Unido permanecen inalterados”.
El portavoz del Partido Liberal Demócrata Ed Davey pidió a la ministra británica de Interior, Amber Rudd, que escriba “personalmente” a los afectados para pedir disculpas.
Londres negocia con la Unión Europea el futuro estatus de los nacionales comunitarios que viven en Reino Unido y de los británicos que residen en la UE después del Brexit. Actualmente, unos 3.2 millones de ciudadanos de la UE residen en el Reino Unido, para lo cual no necesitan hasta ahora un permiso especial. Esto podría cambiar después de la planeada salida del país de la UE en marzo de 2019.
La inmigración fue uno de los principales temas en la campaña a favor de la salida de Reino Unido de la UE, y la primera ministra Theresa May ha prometido limitar el número de ciudadanos europeos que se trasladan a vivir a territorio británico.
