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Un grupo de expertas de la ONU rindieron ayer tributo a las mujeres que a lo largo de la historia han levantado su voz para denunciar la discriminación, el acoso y la violencia de género, como lo hace actualmente el movimiento impulsado desde Hollywood #MeToo (#Yo También).
“La valentía y la rebelión han sido la fuerza detrás de cada progreso que se ha logrado”, indicaron las expertas Alda Facio, Elizabeth Broderick, Ivana Radacic, Meskerem Geset Techane y Melissa Upreti, miembros del Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra la mujer en el derecho y la práctica.
También suscriben Dubravka Simonovic, relatora especial de la ONU contra la violencia de la mujer, sus causas y consecuencias, y el Comité de la ONU sobre la Eliminación de la Discriminación de la Mujer.
En su opinión, el movimiento global surgido a raíz de las denuncias de acoso sexual en la industria del cine en EU ha permitido hacer énfasis en la problemática de la violencia de género y la desigualdad en el mundo.
“A través de sus acciones valientes, estas mujeres han lanzado un movimiento global de mujeres que rompen el silencio sobre el acoso sexual y otras formas de violencia que son demasiadas veces toleradas”, recalcaron en un comunicado en el que señalaron que se trata de un “movimiento transformador, liberador y poderoso”.
Las expertas resaltaron que ahora uno ya no se pregunta si se debe creer a la mujer que denuncia, sino qué pasa con la sociedad que tolera estas prácticas.
“La violencia sexual traspasa líneas culturales, religiosas, ideológicas y de riqueza y afecta a mujeres de todas las capas sociales y en todas las profesiones, ya sea en partidos políticos, instituciones financieras, los medios, la industria del entretenimiento, la academia o el campo humanitario”, indicaron.
También “ocurre en las familias y es realmente una plaga universal”.
En opinión de las expertas, con #MeToo la vergüenza y el miedo está empezando a pasar de las víctimas al abusador y los violadores, que tienen que afrontar las consecuencias de su inaceptable comportamiento o del delito cometido.
“Los poderosos ya no son intocables. Su capacidad de comprar el silencio y encubrir su comportamiento está siendo cuestionada y su poder de intimidación se está desvaneciendo”, aseguraron las expertas de la ONU.