Bruselas.- La contracción del empleo por la pandemia de coronavirus ha comenzado a revertirse en México, aunque los niveles lejos están de ser equiparables a los previos antes de la emergencia sanitaria, sostiene un informe de la Organización Internacional del Trabajo.
En México la población económicamente activa se redujo en 12.3 puntos porcentuales, de 59.8% a 47.5% entre marzo y abril pasado, equivalente a 12 millones de personas.
La significativa caída obedeció tanto a las medidas de confinamiento y distanciamiento, como a las expectativas desfavorables sobre el funcionamiento del mercado laboral.
La fulminación del empleo durante ese periodo correspondió a 10,4 millones de puestos informales frente a 2 millones de formales.
A partir de mayo, comenzó a revertirse la tendencia negativa y para julio habían regresado a la actividad económica 7.2 millones de personas.
No obstante, el documento precisa que la tasa de desocupación resulta un indicador limitado para comprender la dimensión de los impactos sin precedentes que la crisis ha generado en el mercado de trabajo.
“Aun cuando parece haber comenzado un proceso de retorno y normalización de la actividad productiva y, con ello, del empleo, las brechas respecto de la situación previa a la pandemia son aún muy significativas”.
“Considerando que los trabajadores más afectados se ubican mayormente en la parte inferior de la distribución, ello redundará en aumentos en los niveles de desigualdad”, indica.
Como ilustración, está la caída histórica en el número de asegurados por el Instituto Mexicano de Seguridad Social desde el mes de abril.
“En junio había alrededor de 1 millón menos de asegurados respecto del valor del mes de marzo”, sostiene el informe que examina los impactos en el mercado de trabajo y los ingresos en América Latina en tiempos del Covid-19.
La reducción interanual del número de trabajadores registrados en el IMSS fue del 4.3% en julio pasado, la caía más elevada desde la crisis económica de 2008 y 2009, cuando la disminución fue del 4.1%.
La mayoría de esos puestos formales perdidos son empleos permanentes de los cuales alrededor del 30% eran femeninos.
Aunque en términos generales, la pérdida de empleo ha venido a amplificar la brecha de género que previamente existía en el mercado laboral.
La tasa de ocupación total cayó en los mexicanos del 73.8% al 60.1 % entre el primer y segundo trimestre del año, mientras que las mexicanas del 43.4% al 35.2%.
“En el caso de las mujeres ello se asocia a su mayor presencia en ciertos sectores económicos fuertemente afectados por esta crisis (como servicios de hotelería y restaurantes) y a la mayor tasa de empleo informal”.
También los impactos en la mujer responden a las crecientes dificultades de conciliar el trabajo remunerado con el ejercicio familiar en un contexto de distanciamiento, reducción de la movilidad y de perturbación de los servicios educativos a causa de la pandemia.
Los investigadores de la OIT ven un punto de inflexión respecto a la caída de la actividad económica y el empleo; identifican el comienzo del proceso de recuperación a partir de mayor, “sin embargo, en todos los casos, el registro de junio / julio es más bajo que los niveles de comienzos de 2020”. El índice de actividad económica en México fue del 87% en junio.