Bruselas.— La tendencia global a la baja en el número de víctimas mortales por violencia llegó a su fin en 2021, año en el que los indicadores volvieron a dispararse, de acuerdo con Small Arms Survey, organización especializada en los mercados de armas ligeras y los efectos que desencadenan.
En México, la violencia mortal registró ese año un modesto descenso, prácticamente el primero visto desde 2014, año en el que murieron de manera violenta 23 mil 375 personas y a partir del cual los índices volvieron a escalar.
En 2021 el país registró 41 mil 444 muertes violentas, lo que representó una caída de 2.8% en comparación con el año anterior, cuando fueron asesinadas 42 mil 638 personas, la nota más alta desde que la organización con sede en Ginebra comenzó el registró, en 2006.
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Aquel año las víctimas mortales por violencia ascendieron a 12 mil 342 y la tasa nacional era de 11.47 por 100 mil habitantes; para 2021 esta última medida casi fue tres veces mayor, 32.71 asesinatos violentos por 100 mil habitantes.
Las muertes de civiles a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley se ha mantenido por arriba de los 330 casos al año; en 2021 se registraron 377 asesinatos de este tipo; el año anterior fueron 383 casos.
De acuerdo con la organización financiada por instancias como la Unión Europea (UE), Naciones Unidas y los gobiernos de Francia, Australia y Suiza, “estos acontecimientos plantean interrogantes sobre la política de seguridad, el papel y la responsabilidad del Estado y de las fuerzas del Estado.
“El uso de la fuerza letal por parte de las fuerzas del orden, incluido el uso de armas de fuego, puede ser la norma en situaciones en las que la policía se enfrenta a altos niveles de violencia y en las que las fuerzas del orden han adoptado tácticas altamente militarizadas”.
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Esta situación, apunta, sugiere la necesidad de reformar el sector de la seguridad.
A nivel planetario, 580 mil personas murieron de forma violenta en 2021, incluyendo 92 mil mujeres y niñas.
La cifra supone un incremento de 6% en comparación con el año anterior y pone fin a la tendencia a la baja iniciada a partir de 2016, cuando las guerras en Irak y Siria contabilizaron casi una quinta parte del total. El incremento está asociado principalmente a las 27 mil víctimas mortales adicionales registradas en contextos de conflictos armados, sumando un total de 131 mil. Ese año también aumentaron los homicidios dolosos, hasta 371 mil, de acuerdo con un análisis elaborado por Gianluca Boo y Gergely Hideg, expertos de Small Arms Survey.
La violencia letal aumentó en Asia y África, 23 mil y 18 mil casos más, mientras que disminuyó en Europa y América, mil 500 y 6 mil, respectivamente.
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Casi la mitad de las muertes letales a nivel mundial fueron por arma de fuego, 260 mil, de las cuales 22 mil fueron mujeres.
Aunque no hay región que produzca más muertes por arma de fuego que las Américas. En Norteamérica, 81% de las muertes violentas fueron causadas por arma de fuego, seguido por Sudamérica con 71%; Centroamérica con 68% y el Caribe con 62%. En el sur de Asia las armas están involucradas en sólo 32% de los incidentes fatales.
“Las últimas cifras sugieren que la búsqueda de la meta 16.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de reducir sustancialmente todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad asociadas en todo el mundo, ha alcanzado un punto de inflexión, que puede estar relacionado con el levantamiento de las restricciones relacionadas con el Covid”, indican los analistas.