Londres.— El gobierno británico retrasó cuatro semanas, del 21 de junio al 19 de julio, la fase final de su plan de desconfinamiento en Inglaterra, a fin de evitar una tercera ola de la pandemia impulsada por la contagiosa variante Delta del coronavirus, dominante ahora en Reino Unido.
En una conferencia de prensa desde su despacho en Dow- ning Street, el primer ministro británico, Boris Johnson, sostuvo que es “sensato (...) levantar el pie del acelerador” para dar más tiempo a que avance el plan de vacunación, que aspira a haber ofrecido una primera dosis a todos los adultos a finales del próximo mes.
Actualmente, 29.97 millones de ingleses han sido inmunizados ya con dos dosis (56.9% de la población adulta), mientras que 41.7 millones (79.2%) han recibido la primera.
Ante la demostrada efectividad de las vacunas Pfizer y AstraZeneca para prevenir las hospitalizaciones por la variante Delta, Johnson dijo que el gobierno revisará la situación dentro de dos semanas y podría reconsiderar entonces la hoja de ruta.
En los últimos días, la comunidad científica ha presionado para aplazar la desescalada, a fin de evitar una tercera ola de la pandemia, hasta que haya más gente vacunada.
Los expertos calculan que 96% de los casos Covid en territorio británico se deben ahora a la variante Delta, que es 60% más transmisible que la que hasta ahora dominaba aquí, la Alfa, registrada inicialmente en el condado inglés de Kent.
Un estudio difundido por la autoridad sanitaria de Inglaterra, Public Health England, indica que tanto Pfizer/BioNTech como Oxford/AstraZeneca son igual de efectivas en prevenir las hospitalizaciones por las variantes Delta y Alfa.
Las personas sin vacunar, sobre todo jóvenes, que se contagian de la Delta tienen sin embargo el doble de riesgo que con la Alfa de ser hospitalizados, señala la investigación.
Según los últimos datos, entre el domingo y el lunes se registraron en Reino Unido 7 mil 742 contagios del virus, 45.5% más que hace una semana, con tres muertes a 28 días de haber dado positivo (11.9% más), hasta un total de 127 mil 907 decesos desde el inicio de la pandemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que los problemas de contaminación detectados en una fábrica de vacunas anti-Covid en Estados Unidos, que obligaron a desechar millones de dosis desarrolladas por Johnson & Johnson, no afectan a la distribución global de estos productos que coordina el organismo.
“La mayoría de la producción de Johnson & Johnson no está en el lugar donde se ha producido la emergencia, grandes volúmenes de vacunas que siguen produciéndose en factorías de Países Bajos, Bélgica y otros lugares de Estados Unidos”, señaló en conferencia de prensa la responsable de productos sanitarios de la OMS, Mariangela Simao.
La experta añadió que el incidente en la fábrica de Baltimore prueba que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) es estricta en la calidad y las buenas prácticas de las vacunas contra la Covid-19. “Felicitamos a la FDA por ser cuidadosa en sus inspecciones y suspender la producción, recomendando la incineración de las dosis”, dijo.