El anuncio y luego el desmentido de la retirada de las tropas estadounidenses de Irak hace que la estrategia militar de Estados Unidos en ese país sea casi ilegible.
Sólo una cosa es segura después de la confusión del lunes por la noche en torno a una carta enviada a los iraquíes y presentada como un "borrador": la opción de una salida de los estadounidenses, que ya se habían retirado en 2011 después de ocho años de ocupación, está sobre la mesa.
Un alto funcionario militar de Estados Unidos explicó a la AFP las instrucciones teóricas de una retirada de Estados Unidos, que lleva años liderando la coalición antiyihadista. Esto llevará "semanas" pero, si el contexto se vuelve crítico, las operaciones podrían realizarse "en varios días". Los aviones de carga transportarán el equipo por aire, mientras que las tropas terrestres se dirigirán al sur y a Kuwait.
En segundo lugar, habrá que "estudiar las carreteras terrestres y los planes de evacuación para los soldados, los civiles y los subcontratistas" que los acompañan, explica a la AFP Jack Watling, del Royal United Services Institute. "Y decidir qué equipo y documentos serán llevados, abandonados o destruidos".
La carta dirigida a los iraquíes el lunes por la noche por el general William H. Seely, comandante de las operaciones militares estadounidenses en el país, da indicaciones. Se refiere a un "reposicionamiento de las fuerzas para garantizar que la retirada de Irak se lleve a cabo de manera segura y eficaz", afirmando que los desplazamientos nocturnos de helicópteros se intensificarán en Bagdad. Lo que ocurrió los últimos tres días.
Por su parte, el ejército alemán -miembro de la coalición anti Estado Islámico- anunció el martes que, en la noche, había trasladado a 35 de sus soldados a Jordania y Kuwait, "junto con soldados de otros países miembros de la coalición".
Porque, según informó un diplomático europeo a la AFP, "si los estadounidenses se van, nuestras tropas no podrán quedarse", ya que este contingente es vital para asegurar al conjunto de las tropas de la coalición.
Por su parte, el primer ministro dimisionario iraquí, Adel Abdel Mahdi, reiteró al embajador estadounidense Matthew Tueller y al jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg que deseaba la retirada de las tropas extranjeras, como la votó el parlamento el domingo.
Miles de soldados extranjeros están desplegados en bases iraquíes en todo el país en el marco de la lucha común contra el grupo Estado Islámico (EI). En 2014, cuando los yihadistas se apoderaron de un tercio de Irak y de grandes sectores de Siria, el ministro de Asuntos Exteriores iraquí envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU en la que pedía ayuda.
La coalición -76 Estados- envió soldados e instructores para apoyar y entrenar a las fuerzas iraquíes. Por consiguiente, este despliegue se efectuó a petición del gobierno y nunca fue objeto de un texto ratificado en el parlamento.
No existe un acuerdo detallado, como el "Estatuto de las Fuerzas" de 2008, que permitía la presencia de tropas estadounidenses hasta la retirada de 2011.
Otras fuerzas extranjeras participan en la misión de formación de la OTAN lanzada a finales de 2018.
El mayor contingente de la coalición es estadounidense (5 mil 200 soldados). Está desplegado en varias bases, la más grande de las cuales es la base aérea de Ain al Asad (oeste), así como en la capital de Kurdistán iraquí, Erbil, y en Bagdad, cerca de la embajada estadounidense.
La coalición cuenta con 400 soldados británicos, 200 franceses y 120 alemanes, así como miles de subcontratistas civiles.
Sin embargo, el número de soldados estadounidenses varió en los últimos días, mientras que Washington anunciaba hasta 4 mil soldados más en Irak y sus alrededores, en medio de la tensión con Irán.
La semana pasada llegaron a Bagdad por lo menos otros 150 soldados estadounidenses para proteger la embajada estadounidense luego de un ataque sin precedentes de los partidarios de Irán. Centenares más fueron enviados a la Taji, al norte de Bagdad.