San José.— Una nueva podría activarse en México y Estados Unidos entre el 29 de junio, al día siguiente de las elecciones presidenciales venezolanas, y el 6 de noviembre próximo, un día después de los comicios para la presidencia estadounidense.

Una prolongación del régimen del cuestionado presidente de Venezuela, el autoproclamado socialista Nicolás Maduro, por una eventual victoria ilegítima o legítima suya el próximo domingo dispararía la migración irregular del sur al norte de América, pronosticaron fuentes regionales consultadas esta semana por .

Por un eventual triunfo del republicano Donald Trump en noviembre en Estados Unidos, se atizaría la migración irregular venezolana para tratar de entrar a suelo estadounidense y adelantarse al plan del expresidente de deportar a millones de latinoamericanos, caribeños, asiáticos y africanos en rango migratorio irregular.

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Con una población de unos 30 millones de habitantes, según datos de ayer del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), los cálculos anticiparon que al menos unos 7 y medio millones de venezolanos migrarían de manera irregular de Venezuela a EU, vía México, Centroamérica y Colombia.

“Según encuestas confiables, un cuarto de la población de Venezuela tiene planes de irse del país si los resultados del 28 de julio no son los que esperan”, advirtió la abogada Tamara Taraciuk, directora del Programa sobre Estado de Derecho del (no estatal) Diálogo Interamericano, de Washington y uno de los principales centros de estudios sobre el área.

“Eso hay que vincularlo con la expectativa de un triunfo opositor con un margen importante. El otro dato relevante es que quienes tienen disposición de irse, o sea un grado menos preciso que planes concretos, es incluso mayor que ese cuarto de la población”, señaló Taraciuk.

“Esto indica que estas elecciones van a tener un impacto en la migración venezolana, que ya es la mayor crisis migratoria que tiene América Latina, con casi 7 millones 800 mil venezolanos que ya salieron del país, muchos de ellos en dirección al norte y cruzan la selva del Tapón del Darién [entre Colombia y Panamá], Centroamérica y México para llegar a la frontera sur de Estados Unidos”, abundó.

Al describir que “no es una migración voluntaria para buscar un futuro mejor”, explicó que “son venezolanos que se sienten expulsados de su país, ya sea por represión política y derechos humanos o por la crisis humanitaria que sigue afectando gravemente a la población venezolana (...) La región hace bien en prestarle atención a lo que ocurrirá el próximo domingo en Venezuela, no sólo por la importancia que tiene este hecho político para una posible transición a la democracia, sino por el impacto de que lo que pase el domingo y después pueda tener en la migración de venezolanos”.

El régimen venezolano se instaló en 1999 y, ya con 25 años, la pelea se concentró entre cambio y continuidad. Pese a que los datos de UNFPA son oficiales, ni siquiera las autoridades de Venezuela tienen un número exacto de la población. De 2014, cuando se agudizó el conflicto socioeconómico de profunda escasez de medicinas, alimentos y artículos básicos, y de incesante devaluación con hiperinflación y encarecimiento de bienes esenciales, a 2024 se calculó que unos 7 millones 800 mil se sumaron al éxodo forzado al exterior. Con una población que llegó a unos 32 millones en la década de 2010, la cifra exacta de habitantes en Venezuela entró a una fase de estimaciones imprecisas.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU (USBP, por sus siglas en inglés) o Patrulla Fronteriza del Departamento de Seguridad Interior del gobierno estadounidense precisó que las autoridades de esa nación encontraron o retuvieron en la frontera con México a 720 mil 155 venezolanos del 1 de octubre de 2020 al 30 de junio de 2024.

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Un total de 21 millones 392 mil 464 venezolanos podrán votar el domingo por alguno de los 10 aspirantes a la presidencia. Las encuestas de mayor credibilidad reconfirmaron que Maduro, del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), perderá por unos 30 puntos ante el opositor Edmundo González Urrutia, candidato presidencial de la (opositora) Plataforma Unitaria Democrática (PUD).

Persistió una duda: si Maduro no logra obtener un triunfo transparente, ¿aceptará finalmente su derrota o se aferrará al poder por rutas ilegítimas? “Un triunfo opositor impactaría en regreso de migrantes. Si, como gobierno, la oposición estabiliza la situación y ofrece condiciones de vida dignas y seguridad, es factible un retorno masivo de migrantes”, previó el abogado y diplomático Jaime Aparicio, exembajador de Bolivia en la Organización de Estados Americanos (OEA). “Para EU, sería un alivio”, planteó.

El politólogo Carlos Murillo, director del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo de la (estatal) Universidad de Costa Rica, dijo que la amenaza que Maduro lanzó acerca de que, si pierde, habrá baño de sangre y guerra civil, “generará un efecto significativo en más migración venezolana (...) Un escenario bélico empeoraría las condiciones e incrementaría la migración. Si se llega a reconocer una victoria opositora, tampoco sería que el flujo migratorio venezolano disminuirá en un primer momento”.

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