Los republicanos en el Congreso de Estados Unidos acordaron ayer una versión definitiva de la histórica reducción de impuestos impulsada por el presidente, Donald Trump, con importantes recortes impositivos para empresas y ricos.
Los republicanos de la Cámara Baja y el Senado habían acordado un texto a mediados de semana, pero en la versión dada a conocer ayer introdujeron algunas modificaciones que exigió, para brindarle su apoyo, el senador Marco Rubio.
Ambas cámaras aprobaron hace algunas semanas con el apoyo exclusivo de los republicanos sendas versiones, y el texto presentado ayer es fruto de un trabajo de conciliación. Como ya se sabía, el acuerdo recoge una bajada de 35% a 21% en el actual impuesto de sociedades que pagan las empresas, piedra angular del plan fiscal que prometió Trump en la campaña electoral. El presidente quería que la bajada fuera a 20%, pero finalmente accedió a 21% porque no salían los números.
La medida entrará en vigor el 1 de enero de 2018 y provocará que el fisco estadounidense deje de recaudar un billón de dólares en la próxima década. La reforma impositiva de Trump también incluye una bajada de 39.6% a 37% al tramo más alto de la renta individual, que pagan hogares con unos ingresos de medio millón de dólares al año.
Otro de los puntos destacados de la reforma impositiva es las reducción de impuesto de sucesiones: los republicanos acordaron doblar la actual cifra libre de impuestos en las herencias, que pasa de 5.5 a 11 millones de dólares para los ciudadanos solteros y de 11 a 22 millones para los matrimonios. El nuevo plan impositivo, sin embargo reduce a 10 mil dólares la deducción anual en impuestos locales y estatales, que hasta ahora era ilimitada.
El cambio llegó después de que los congresistas de los estados con mayor carga impositiva, como Nueva York, California y Connecticut, alertasen de que las rentas más altas en estos territorios podían terminar pagando más. Otro de los cambios, que se introdujo para contentar al senador Rubio, fue la deducción impositiva por hijo, que pasa de mil a 2 mil dólares por niño o niña. La medida beneficia a las familias con menores ingresos. La Casa Blanca se felicitó por el acuerdo.