Washington.— El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, acudió ayer al Congreso de Estados Unidos donde mantuvo reuniones con los legisladores que bloquean el nuevo paquete de ayuda militar para Kiev y no han cambiado de parecer. Luego tuvo un encuentro con el mandatario estadounidense, Joe Biden, quien advirtió a los republicanos que la “historia juzgará a quienes den la espalda” a Ucrania.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca junto a Zelensky, Biden declaró que “sin financiamiento suplementario estamos llegando rápidamente al final de nuestra capacidad para ayudar a Ucrania a responder a las urgentes demandas operativas que tiene. Putin confía en que Estados Unidos no cumpla con Ucrania (...) Demostremos que está equivocado”, dijo Biden, instando al Congreso a aprobar fondos para la ayuda militar a Ucrania.
La Casa Blanca ha advertido que si no se proporcionan nuevos fondos para fin de año, habrá consecuencias rápidas para la capacidad de Ucrania de conservar su territorio, y más para recuperar zonas capturadas por Rusia.
Al reunirse con Zelensky en la Oficina Oval, Biden dijo: “Señor presidente, pido al Congreso que haga lo correcto, que apoye a Ucrania”. Añadió: “El Congreso debe aprobar la financiación suplementaria para Ucrania antes de que llegue el receso navideño, antes de que le den a Putin el mayor regalo de Navidad”.
Biden citó a un presentador de la televisión rusa cercano al Kremlin que dijo, “Bien hecho, republicanos”, cuando éstos decidieron bloquear el apoyo a Kiev. “Si estás siendo elogiado por los propagandistas rusos, es hora de que quizás repienses lo que estás haciendo”, dijo.
El mandatario demócrata añadió que “la historia juzgará duramente a todos aquellos que den la espalda a la libertad, porque hoy la libertad de Ucrania está bajo amenaza”. El presidente se dirigió a su homólogo ucraniano y le prometió que ni él ni el pueblo estadounidense dejarán de apoyar a su país. El mandatario de EU anunció durante la reunión un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania de 200 millones de dólares, pero estos recursos forman parte del presupuesto que está a punto de agotarse.
“Lo que la administración [de Joe] Biden parece estar pidiendo son miles de millones de dólares adicionales sin una supervisión adecuada, sin una estrategia clara para ganar y ninguna de las respuestas que creo que se le deben al pueblo estadounidense”, declaró tras su encuentro con el líder ucraniano el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
A diferencia de algunos de sus colegas en el Senado y entre los demócratas de la Cámara de Representantes, Johnson no dio ninguna indicación de estar abierto a negociar. “La frontera [con México] es una catástrofe absoluta”, dijo a la prensa, y añadió que los republicanos de la Cámara Baja no cederán hasta que se introduzcan ahí cambios “transformadores”.
Mientras tanto, el aumento del flujo de migrantes en la frontera de Arizona con México provocó una ola de llamados al presidente Joe Biden, por parte de políticos y funcionarios, inclusive varios demócratas, para que envíe soldados y más recursos con el fin de restaurar la normalidad en el estado sureño, que mantiene cerrado uno de sus puertos fronterizos más importantes.
Los senadores por Arizona Mark Kelly (demócrata) y Kyrsten Sinema (independiente) urgieron a la Casa Blanca a enviar a la Guardia Nacional a Lukeville, cuya garita se mantiene cerrada desde el 4 de diciembre cuando la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reasignó su personal para ayudar al procesamiento de migrantes.
La gobernadora demócrata Katie Hobbs lanzó el fin de semana el operativo Secure, que destinará más recursos estatales para reforzar la seguridad fronteriza y asignará más personal para lograr la reapertura del puesto de Lukeville.