Miami.— En un giro inesperado dentro de la política estadounidense, un número creciente de republicanos prominentes ha anunciado su apoyo a en su campaña presidencial. Este fenómeno ha despertado tanto sorpresa como controversia, porque figuras clave del Partido Republicano, históricamente conservadoras, han decidido priorizar lo que consideran una defensa de la democracia por encima de la lealtad partidista.

Entre los más destacados se encuentran figuras como Dick Cheney y su hija Liz Cheney, quienes recientemente hicieron el anuncio público sobre su posición para las próximas .

Otros prominentes republicanos han hecho los mismo, como Adam Kinzinger, Christine Todd Whitman, Chuck Hagel, Ray LaHood, Stephanie Grisham, Bill Weld, Joe Walsh, Susan Molinari y Jimmy McCain, hijo del fallecido republicano John McCain. Aunque todos han criticado abiertamente a Donald Trump en el pasado, su respaldo a Harris marca un punto crucial en la política moderna de Estados Unidos.

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Liz Cheney con su padre, el exvicepresidente Dick Cheney, durante las elecciones primarias republicanas el 16 de agosto de 2022 en Jackson Hole, Wyoming. Foto: AP
Liz Cheney con su padre, el exvicepresidente Dick Cheney, durante las elecciones primarias republicanas el 16 de agosto de 2022 en Jackson Hole, Wyoming. Foto: AP

Movimiento por la democracia

Uno de los más recientes apoyos y más sorprendente ha sido el del exvicepresidente Dick Cheney, quien ha sido una de las figuras más influyentes del Partido Republicano durante décadas. Cheney, conocido por su papel de gran influencia como vicepresidente durante la administración de George W. Bush, se ha convertido en una de las voces más críticas contra Trump dentro del espectro conservador. En su respaldo a Harris, fue claro al afirmar que “Trump nunca más debe ser confiado con el poder”. Su declaración se centró más en la amenaza que representa Trump para las instituciones democráticas que en un apoyo a la plataforma demócrata.

“Como ciudadanos, tenemos el deber de poner al país por encima del partidismo para defender nuestra Constitución”, declaró Cheney.

El respaldo del exvicepresidente no es el único dentro de su familia; su hija, Liz Cheney, exrepresentante por Wyoming, ha sido una crítica de Trump desde su participación en el comité que investigó el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.

Liz Cheney ha dejado en claro que no votará por Trump, afirmando que “ha violado su juramento a la Constitución” y que no se le puede confiar el poder nuevamente. Aunque no siempre está de acuerdo con las políticas de Harris, Liz Cheney ve en ella la alternativa necesaria para preservar la democracia.

Adam Kinzinger, excongresista por Illinois y uno de los republicanos que también participó en la investigación del 6 de enero, ha mostrado su apoyo a Harris.

Kinzinger ha sido claro sobre el peligro que representa Trump para la democracia; recientemente declaró: “nunca pensé que respaldaría a un demócrata para presidente (...) pero sé que la vicepresidenta Harris defenderá nuestra democracia y asegurará que Trump nunca vuelva a la Casa Blanca”. Esta declaración refleja un cambio en las lealtades tradicionales, donde las prioridades democráticas han superado la alineación partidista.

Campaña de Kamala

La campaña de Harris ha recibido con mucho agrado el apoyo de estas figuras conservadoras. Jen O’ Malley Dillon, directora de la campaña, emitió una declaración en la que destaca el coraje de estos líderes republicanos, quienes han optado por poner al país por encima del partido. “La vicepresidenta está orgullosa de contar con el apoyo de figuras como Dick Cheney y respeta profundamente su valentía para poner la Constitución primero, por encima del partidismo”, afirmó Dillon.

Harris ha expresado públicamente su respeto y admiración por los republicanos que han decidido apoyarla, señalando que el valor de personas como Liz Cheney y Adam Kinzinger refleja una voluntad de defender los principios democráticos, aun cuando esto implique romper con las líneas de su propio partido. “Estamos unidos en la defensa de nuestra democracia”, dijo Harris en varios discursos, subrayando la importancia de la unidad en tiempos de divisiones políticas tan profundas.

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Otros republicanos que la apoyan

El respaldo a Harris no sólo ha venido de figuras como los Cheney y Kinzinger. Christine Todd Whitman, exgobernadora de Nueva Jersey, también ha sido una de las críticas más prominentes de Trump dentro del Partido Republicano. Whitman ha afirmado que el exmandatario ha erosionado las normas democráticas y aunque no comparte todas las políticas de Harris, la ve como una figura de estabilidad que puede restaurar el respeto por las instituciones de Estados Unidos.

Chuck Hagel, exsecretario de Defensa, y Ray LaHood, exsecretario de Transporte, han adoptado una postura similar. Ambos han expresado su preocupación por el caos que, en su opinión, Trump trajo al gobierno y ven en Harris una alternativa más estable. Hagel ha criticado repetidamente el enfoque militarista de Trump y ha elogiado la moderación de Harris en asuntos de política exterior.

LaHood ha subrayado la importancia de restaurar el respeto por las instituciones democráticas que considera, fueron socavadas durante la administración de Trump.

Además de ellos, otros republicanos han seguido el mismo camino. Bill Weld, exgobernador de Massachusetts, desafió a Trump en las primarias republicanas de 2020 y ha sido un crítico constante de su liderazgo. Weld, conocido por su postura libertaria dentro del Partido Republicano, ha declarado su apoyo a Harris como una forma de preservar los principios democráticos fundamentales. Joe Walsh, excongresista por Illinois y crítico feroz de Trump, también ha respaldado a Harris, calificando a Trump de “tirano” y argumentando que Harris es una mejor opción para mantener el equilibrio en los Estados Unidos.

Susan Molinari, exrepresentante por Nueva York, se ha unido al grupo de republicanos moderados que respaldan a la vicepresidenta, destacando la importancia de la unidad y el respeto en un clima político tan dividido. Molinari ha argumentado que la retórica divisiva de Trump ha dañado al país y que Harris representa una figura unificadora que puede restaurar la cordura política.

Finalmente, Stephanie Grisham, exsecretaria de prensa de Trump, ha sorprendido a muchos al anunciar su respaldo a Harris. Grisham, aunque no está de acuerdo con muchas de las políticas demócratas, ha dicho que Kamala “luchará por nuestra libertad y protegerá nuestra democracia”. Grisham ha sido crítica del comportamiento de Trump durante su paso por la Casa Blanca y su apoyo a Harris refleja una ruptura total con la gestión anterior.

Reacción del Partido Republicano

La mayoría de los líderes del Partido Republicano han rechazado a estos miembros que han decidido apoyar a Harris, calificándolos de RINOs (Republicans In Name Only) al sugerir que no representan sus valores.

Liz Cheney, por ejemplo, fue destituida de su posición de liderazgo en la Cámara de Representantes debido a su postura crítica hacia el exmandatario de Estados Unidos.

El Partido Republicano de Wyoming la censuró, reflejando la hostilidad que enfrentan aquellos que se oponen a Trump.

Adam Kinzinger también ha enfrentado censura dentro de su partido. Tras su participación en el comité del 6 de enero, fue marginado por la dirección del Partido Republicano y optó por no buscar la reelección. A pesar de las represalias, Kinzinger ha mantenido su postura firme contra Trump, subrayando que el partido debe reformarse para evitar caer en el autoritarismo. Donald Trump, por su parte, ha desestimado estos respaldos, calificando a los Cheney y a los otros como “irrelevantes”. En su plataforma Truth Social, Trump ha arremetido contra estos republicanos, acusándolos de traicionar los valores conservadores y de alinearse con los demócratas. La base republicana leal a Trump ha seguido esta línea, al ver a los republicanos que apoyan a Harris como traidores que socavan la unidad del partido.

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Postura del Partido Demócrata

Por otro lado, el Partido Demócrata ha acogido con entusiasmo el apoyo de estos republicanos. La campaña de Harris ha destacado que estos respaldos validan su mensaje sobre la defensa de la democracia. Harris ha utilizado estos apoyos para atraer a votantes moderados y conservadores preocupados por el futuro de las instituciones democráticas.

“Estos líderes republicanos entienden lo que está en juego en estas elecciones, y su apoyo muestra que la democracia está por encima de cualquier alineación partidista”, ha repetido Harris en varios eventos.

Los demócratas han enmarcado estos respaldos como una señal de que el liderazgo de Trump representa una amenaza que trasciende las divisiones políticas. El hecho de que figuras históricamente conservadoras como Dick Cheney y Adam Kinzinger estén dispuestas a respaldar a Harris sugiere, según los demócratas, que la presidencia de Trump fue tan perjudicial que incluso aquellos que no comparten la visión progresista de Harris están dispuestos a unirse para evitar su regreso.

Un futuro incierto

A medida que se acercan las elecciones del 5 de noviembre, queda claro que el Partido Republicano está profundamente dividido. Por un lado, están aquellos leales a Trump, que ven a estos republicanos que respaldan a la vicepresidenta Harris como traidores a la causa conservadora. Por otro, están figuras como los Cheney, Kinzinger y Whitman, que creen que la prioridad es proteger las instituciones democráticas de lo que consideran una amenaza continua.

Para muchos de estos republicanos, el apoyo a Harris no se trata de compartir su visión política, sino de impedir el regreso de Trump y preservar el orden democrático.

Este realineamiento inusual plantea preguntas sobre el futuro de la política en EU, donde la lealtad partidista ya no es tan clara y las alianzas se están formando en torno a la defensa de principios fundamentales, como el respeto por la Constitución y el mantenimiento de una democracia funcional. Muchos observadores lo consideran parte del efecto Donald Trump y consideran que una vez que Trump esté fuera de la política estadounidense, todo volverá a la normalidad entre los republicanos.

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