Glasgow.— El expresidente estadounidense Barack Obama criticó ayer en la cumbre del clima en Glasgow, Escocia, a China y Rusia, dos de los mayores emisores de carbono, por la “peligrosa falta de urgencia” en sus planes para actuar contra el calentamiento global.
“Tengo que confesar que fue particularmente decepcionante ver a los líderes de dos de los países que más emiten [carbono], China y Rusia, declinar, incluso, asistir a las negociaciones. Y sus planes nacionales, hasta ahora, parecen reflejar una peligrosa falta de urgencia”, dijo Obama en su intervención ante la Vigesimosexta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). El exmandatario reclamó a las “economías avanzadas, como la de Estados Unidos y la de la Unión Europea”, que lideren la lucha, pero junto a ellos consideró que deberían estar la de China e India, además de Rusia, Indonesia, Sudáfrica y Brasil.
Para Obama, la mayoría de los países “no están siendo tan ambiciosos como deberían” en sus objetivos climáticos. Tras criticar el balance en la materia de su sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump, un periodo en el que, dijo, el progreso contra el calentamiento global se “estancó” en Estados Unidos, se dirigió a los jóvenes del mundo, que a su juicio aportan “la energía más importante del movimiento”.
“La cruda realidad es que no tendremos más ambiciosos planes de los gobiernos que estos sientan la presión que viene de sus votantes”, añadió.
En esta jornada de la COP26, prevista para concluir el 12 de noviembre y que inició el 31 de octubre, creció la ambición en financiación para la adaptación de los territorios más vulnerables ante los fenómenos meteorológicos extremos que ya sufren los países que menos contribuyen a la crisis climática. El presidente de la cumbre, Alok Sharma, declaró el día centrado en la adaptación, las pérdidas y los daños. “Debemos forjar un acuerdo global que refleje una sensación de urgencia”, dado que “hoy el foco está puesto en las comunidades más vulnerables ante el cambio climático”.
“Los países desarrollados y los bancos reconocen que tienen que incrementar los niveles de financiación en adaptación”, porque “las comunidades más vulnerables no nos perdonarán si les fallamos aquí en Glasgow”.
De India, país azotado por fuertes sequías, la directora adjunta de la organización Swayam Shikshan Prayog, Naseem Shaik, señaló la necesidad de impulsar “la resiliencia climática de las mujeres”, para que sean “independientes” y obtengan conocimientos de “planificación agrícola, diversificación de cultivos, seguridad hídrica y gestión del agua”.
Anne-Marie Trevelyan, secretaria de Estado de Comercio Internacional de Reino Unido —nación que anunció 290 millones de libras en fondos de adaptación—, subrayó que el mundo va “con retraso en la adaptación ante los impactos que ya suceden en el mundo”.
El enviado especial de Estados Unidos para el clima, Jonathan Pershing, hizo hincapié en que “hay que resolver un problema de confianza” y que, para ello, “la única manera de reconstruirla es dar recursos a los que menos contribuyen a la crisis climática”, por lo que el gobierno de Joe Biden prepara un “plan de 3 mil millones de dólares al año en adaptación”.
El enviado especial del presidente Biden para el clima, John Kerry, aseguró que no recuerda “una COP con tanto dinero sobre la mesa como esta”, lo que en su opinión evidencia “que invertir en un mundo climáticamente resiliente es más importante y urgente que nunca”. Los países ricos habían prometido en 2009 a los más pobres y expuestos al cambio climático una ayuda anual de 100 mil millones de dólares, que ya debería haber sido cumplido en 2020.
Falta 20% de esa cifra. Las naciones más prósperas se han comprometido a regularizar el monto en un par de años.
Pero el cambio climático, asentaron grupos de países como los caribeños, ya está afectando a sus territorios, anegando tierras de cultivo y alterando sus planes de desarrollo, incluso su supervivencia a largo plazo. “Ustedes son los primeros en sufrir y los últimos que reciben ayuda”, dijo el secretario de la ONU, António Guterres.