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Washington.— Las consecuencias económicas de la pandemia en Estados Unidos están lejos de ser benévolas. Todas las cifras son escalofriantes y las previsiones muestran datos extremadamente negativos para la primera economía mundial. La más reciente proyección, de la Congressional Budget Office (CBO), la agencia del Congreso encargada de dar información a los legisladores sobre presupuestos y economía, auguró en su último informe intermedio que el Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre se desplomará 11% (37.7% interanual).
Todo ha afectado al entramado económico estadounidense: el colapso del consumo (en abril fue 17% menor que en febrero), la caída de la producción, la explosión del desempleo (la CBO calcula que el primer semestre terminará con 26 millones más de desempleados que a finales de 2019) y el descenso del transporte. “La pandemia y las medidas de distancia social tomadas para contenerla han afectado ampliamente la actividad económica, lo que causó una oleada de pérdida de empleo y finiquitó la expansión [económica] más larga desde la Segunda Guerra Mundial”, explica el informe.
A futuro hay visos de esperanza. A medida que la recuperación de la actividad se expanda y la confianza del consumidor crezca en consecuencia, unido al impulso que tendrían que dar los planes de estímulo y las inyecciones de liquidez, la red productiva y de consumo debería volver a funcionar. Al menos eso espera la CBO, que proyecta que para el tercer trimestre el PIB crezca 5% positivo.
La CBO acota que sus análisis están “rodeados por un inusual alto grado de incertidumbre” derivado del desconocimiento sobre cómo evolucionará la pandemia este año y el próximo, y cuán efectivas serán las medidas aplicadas y futuras. Duda compartida por las cabezas económicas más visibles de EU, empezando por el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien en un comité en el Senado dijo que es “muy difícil” saber cómo estará la economía del país a corto plazo.
La solución del gobierno de Donald Trump es acelerar la reapertura. El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, dijo en el mismo comité que extender el cierre de la actividad económica implica “el riesgo de un daño permanente” y a largo plazo de la economía estadounidense. La Casa Blanca insiste que el repunte económico empezará a llegar en el tercer trimestre, cuando las medidas más restrictivas sean parte del pasado. Se estima que las cifras de ese periodo, que se prevén positivas, se difundan en vísperas de las presidenciales, lo que significará un balón de oxígeno crucial para las aspiraciones a la reelección de Trump.