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San José. –
Un informe conjunto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte—IDH) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre las “violencias” contra niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe reveló que mil millones de menores de edad en 96 países de todo el planeta—o más de la mitad de la población mundial infantil de 2 a 17 años—sufrieron agresión emocional, física o sexual en 2015 y en 2016.
“A pesar de su alta prevalencia, la violencia en la niñez suele estar oculta, pasar desapercibida o no ser denunciada en todos los casos”, denunció el estudio, denominado “Violencias contra niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe”, emitido en esta capital y del que EL UNIVERSAL tiene copia.
“En casos de violencia sexual debe garantizarse la seguridad del niño, niña o adolescente, para que pueda ser escuchado en un ambiente que no sea intimidante. Todas las actuaciones relacionadas con la investigación de esta clase de delitos requieren el consentimiento informado de las víctimas, a quienes no podrá obligárseles a practicarse exámenes o participar de procedimientos que las revictimicen”, recomendó.
“El testimonio de los niños, niñas y adolescentes víctimas es crucial, dado que estas conductas se caracterizan por la privacidad en que son realizadas”, insistió.
Al exponer casos emblemáticos, el documento advirtió sobre “las fallas que los Estados cometen en la investigación y judicialización de estos hechos (de violencia sexual) cuando se ve involucrado un niño, niña o adolescente”, por lo que ratificó la responsabilidad estatal para “mejorar su desempeño” al procesar estos delitos y ofrecer “plena garantía a los derechos de las niñas, niños y adolescentes ”.
El estudio desglosó seis tipos de violencia que quedaron registrados en sentencias de la Corte, que es el máximo tribunal continental como instancia autón0ma de la Organización de los Estados Americanos (OEA) con sede en Costa Rica.
Las seis formas son la sexual, en contextos de privación de libertad, en movilidad humana (corrientes migratorias), en conflictos armados, en procedimientos de adopción y en operativos de las fuerzas del orden contra niños, niñas y adolescentes, precisó.
El estudio, elaborado para recordar el mes anterior el 30 aniversario de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas, abogó por “adoptar un nuevo paradigma y alejarse de los enfoques de la protección de la niñez que perciben y tratan a los niños y niñas como ‘objetos’ que necesitan asistencia y no como personas titulares de derechos, entre ellos el derecho inalienable a la protección”.
Estados y familias tienen las obligaciones de prevenir la violencia o las violaciones de los derechos humanos, proteger a los niños y niñas víctimas o testigos de violaciones de los derechos humanos, investigar y castigar a los culpables y ofrecer vías de reparación de las violaciones de los derechos humanos, puntualizó.
Con pariente
s. La población infantil tiene “derecho a vivir con su familia, llamada a satisfacer sus necesidades materiales, afectivas y psicológicas. El derecho de toda persona a recibir protección contra injerencias arbitrarias o ilegales en su familia forma parte, implícitamente, del derecho a la protección de la familia y de la niñez”, destacó.
“La separación de los niños y niñas de sus familias constituye, bajo ciertas condiciones, una violación de su derecho a la familia”, advirtió.
La vulnerabilidad de los infantes se agrava por “condiciones particulares de subsistencia en entornos urbanos o rurales, la pertenencia a minorías étnicas, la existencia y las características de los nexos familiares, el desarraigo o el desplazamiento forzado”, alertó.
maf