Con patadas y forcejos al vallado que protege el Congreso en Lima , cientos de manifestantes encapuchados y con escudos caseros, enfrentaron este sábado a la policía en un nuevo episodio de violencia alrededor de marchas pacíficas que piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y adelanto de elecciones.

Con el sonido incesante de detonaciones de bombas lacrimógenas, el centro de Lima volvió a ser escenario de una batalla campal con los manifestantes más violentos, en medio de una convulsión social que tras 52 días de gobierno de Boluarte no da señales de apaciguarse.

"Ni un muerto más, Dina asesina"; "Queremos dignidad, Dina dimite ya", fueron algunos de los lemas de la marcha del sábado, que empezó como una fiesta popular con bandas musicales de los andes y artistas hasta que un grupo de encapuchados avanzó a los alrededores del Congreso, fuertemente resguardado por cuerpos antimotines, desatándose fuertes enfrentamientos en los que se vieron al menos dos heridos, uno de ellos policía.

La nueva tarde con violencia ocurre después que el Congreso rechazara adelantar las elecciones para este año como había pedido el viernes Boluarte.

La mandataria lamentó la votación en contra del adelanto de los comicios generales e instó a los congresistas a que se depongan intereses personales y partidistas para "allanar una salida a la crisis política" marcada por protestas, bloqueos, escasez y 47 muertos.

"Exhortamos a las bancadas a deponer sus intereses partidarios y colocar por encima los intereses del Perú", escribió Boluarte el Twitter.

Antes de la irrupción violenta cientos de personas de Lima y de provincias en su mayoría indígenas, se concentraron en la Plaza San Martín al llamado de la "Marcha por la renuncia de Dina Boluarte y elecciones adelantadas".

"Sin justicia la paz es una hipocresía", decía la pancarta de un grupo de 'payasos de luto' que desfilaron con música andina de fondo.

A pocas cuadras se realizaba el Concierto por la Paz, otra manifestación pero organizada por grupos civiles que respaldan el trabajo de las fuerzas del orden, que en su mayoría vistieron una prenda blanca y desplegaron una larga bandera nacional rojiblanca.

Perú es desde hace siete semanas escenario de manifestaciones que piden la dimisión de Boluarte, quien asumió en su calidad de vicepresidenta tras la destitución y detención del mandatario izquierdista Pedro Castillo el 7 de diciembre por haber intentado disolver el Parlamento.

Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden dejan desde entonces 47 fallecidos, entre ellos un policía quemado vivo, además de 10 civiles -entre ellos dos bebés- que murieron en hechos vinculados a los bloqueos, según la Defensoría del Pueblo.

El sur andino, donde habitan comunidades quechuas y aymaras históricamente postergadas, ha permanecido en pie de guerra en demanda de la renuncia de Boluarte y la realización de elecciones.

Tras una sesión de más de siete horas, el Congreso rechazó la madrugada del sábado un adelanto de las elecciones generales a 2023, tal como había pedido la presidenta Boluarte ante el empeoramiento de la situación y en un intento por buscar una salida a la grave crisis social y política que atraviesa el país desde hace siete semanas.

La propuesta presentada por el congresista fujimorista Hernando Guerra García, del partido derechista Fuerza Popular (FP), fue derrotada por 65 votos contra 45, por lo tanto se mantiene el proyecto de realizar los comicios generales en abril de 2024.

Boluarte, cuyos 50 días de gestión han estado marcados por protestas que reclaman su renuncia, había pedido el viernes que las elecciones se programaran para diciembre de este año, para salir más rápido del "atolladero" que provocan los bloqueos de rutas, escasez y violencia en diferentes regiones de Perú.

La propuesta incluso anticipaba las elecciones para octubre de manera que la presidenta, los congresistas y autoridades electivas entregaran el poder en diciembre de 2023.

Pero la izquierda insistió en que debía incluirse un referendo sobre la Asamblea Constituyente, propuesta rechazada por un amplio espectro de la política peruana. Otras fuerzas denunciaron una supuesta maniobra para sacar provecho electoral por parte de Fuerza Popular, partido de la excandidata presidencial Keiko Fujimori.

La votación del Congreso será sometida a reconsideración el lunes, a pedido del fujimorismo, pero los analistas consideran difícil que se revierta el resultado.

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rcr

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