Londres.— Dos importantes ministros británicos, incluyendo el de Finanzas, renunciaron ayer a sus cargos, en protesta contra el primer ministro conservador Boris Johnson, sacudido por una serie de escándalos.

El ministro de Salud, Sajid Javid, de 52 años, y el de Finanzas, Rishi Sunak, de 42, anunciaron su decisión con pocos minutos de diferencia. Ambos alegaron que habían perdido las expectativas de romper con una cultura de tolerancia con los escándalos que tiene a Johnson a la defensiva desde hace meses.

Johnson nombró como nuevo ministro de Finanzas a Nadhim Zahawi, que se desempeñaba al frente de la cartera de Educación, tras la renuncia de Sunak.

Javid fue sustituido en la cartera de Sanidad por Steve Barclay, hasta ahora responsable de la coordinación gubernamental.

“Está claro para mí que esta situación no cambiará bajo su liderazgo y en consecuencia ha perdido mi confianza”, afirmó el renunciante ministro de Salud, hijo de un conductor de autobús paquistaní. “La población tiene la expectativa legítima de un gobierno conducido de manera adecuada, competente y seria”, escribió Sunak, el primer hindú en estar al frente de las finanzas del Reino Unido.

Tras esos anuncios, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, pidió convocar elecciones generales anticipadas. “El Partido Conservador está corrompido y cambiar a un solo hombre no lo arreglará”, escribió.

A los dos dimisionarios no les bastaron las disculpas presentadas horas antes por Johnson por haber nombrado en un cargo importante a Chris Pincher, un dirigente conservador que la semana pasada renunció y reconoció que había toqueteado, en estado de ebriedad, a dos hombres, uno de ellos parlamentario.

El gobierno aseguró inicialmente que Johnson no estaba al tanto de comportamientos similares de Pincher en ocasiones anteriores, pero ese argumento se desmoronó, cuando un excolaborador de Johnson reveló que el jefe de gobierno fue informado en 2019, cuando era ministro de Relaciones Exteriores, que Pincher ya se había visto involucrado en un incidente de ese tipo.

La partida de Pincher, que estaba a cargo de la disciplina de la bancada conservadora en el Parlamento, se suma a otros escándalos de índole sexual, en algunos casos con repercusiones judiciales.

A mediados de mayo, un diputado sospechoso de violación fue detenido y posteriormente puesto en libertad bajo fianza.

En abril, otro legislador dimitió por ver pornografía en la cámara en su teléfono móvil. Y un exdiputado fue condenado en mayo a 18 meses de prisión por agredir sexualmente a una niña de 15 años. El gobierno de Johnson también se ha visto sacudido por el escándalo de las fiestas en Downing Street (el Partygate) celebradas a pesar de las restricciones contra el Covid-19 durante la pandemia.

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