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Bruselas
.- El premier portugués, António Luís Santos da Costa , ha heredado de la Canciller alemana Angela Merkel , las riendas del proyecto de construcción europea.
Con la transferencia de mando, el país ibérico encabeza por cuarta ocasión la presidencia semestral del Consejo Europeo desde su adhesión al bloque hace 35 años junto con España .
La última ocasión que Portugal tuvo a su cargo la presidencia rotatoria fue en 2007, cuando se suscribió el Tratado de Lisboa, un documento histórico resultado de la fallida Constitución para Europa.
Portugal
vuelve a tomar el timón de la Unión en otro momento crucial, el bloque se encuentra en medio de la mayor crisis sanitaria, económica y de respeto a las garantías individuales.
Las capitales europeas lejos están de domar al coronavirus a pesar de que iniciaron la campaña de vacunación el pasado 27 de diciembre. Alemania y Holanda han ampliado su calendario de confinamiento, mientras que Irlanda ha adoptado por el cierre de escuela y la suspensión de obras públicas durante al menos tres semanas.
Las restricciones impuestas para contener la pandemia han estremecido todo el ecosistema que sustenta la economía. Las últimas previsiones de la Comisión Europea apuntan a que la economía de la UE se contrajo el año pasado 7.4% , mientras que el desempleo aumentó del 6.7% en 2019 a 7.7% . Para este año se prevé que llegue al 8% .
En tanto que los gobiernos populistas de Polonia y Hungría no solo se muestran cada vez más desafiantes frente a los principios fundamentales europeos, están sumando aliados en Eslovenia y República Checa.
En un evento en formato virtual, António Costa adelantó que la prioridad de la presidencia portuguesa será la recuperación económica, así como promoverá una Europa social, verde, digital y global.
En concreto supervisará la perfecta ejecución tanto del marco financiero plurianual para 2021 y 2021 como del instrumento diseñado para hacer frente al daño causado por la pandemia de Covid-19 en el tejido social y económico comunitario.
“Es hora de actuar, de ver resultados, y de lanzar el plan de recuperación nacional, debemos dedicar nuestros esfuerzos en proteger los trabajos, el modo de vida de las familias y los negocios”, dijo el portugués.
También pondrá atención en el Brexit. Luego del acuerdo del 24 de diciembre, el Reino Unido pudo retirarse de la Unión el 31 de diciembre con un marco regulatorio. Ahora corresponde a la presidencia portuguesa ejecutar lo pactado y llegar a la conclusión formal acuerdo. La aplicación es provisional, falta el visto bueno del Parlamento Europeo.
La recuperación económica dependerá además de la velocidad con que avancen los programas de vacunación. Lisboa pondrá atención en el cumplimiento de los compromisos asumidos entre la Comisión Europea y las distintas farmacéuticas; así como en la repartición equitativa de las dosis al interior del club.
El ejecutivo comunitario ha celebrado acuerdo con seis firmas por más de dos mil millones dosis, poco más de cuatro por habitante de la Unión. Dos desarrolladoras de vacunas, que ya cuentan con el aval de la Agencia Europea del Medicamento, han comenzado con sus entregas, Pfizer-BioNTec y Moderna.
Las dos vacunas en circulación son muy similares, con protección superior al 90% y desarrolladas con el método ultramoderno ARN mensajero. La gran diferencia está en que la de Pfizer requiere de sistema de ultracongelación.
Portugal también intentará resucitar la agenda internacional, eclipsada por la pandemia. Habrá énfasis en las relaciones con Africa y Estados Unidos; con éste último, está previsto que aproveche la llegada del presidente Joe Biden para fortalecer la cooperación en defensa, relanzar los instrumentos multilaterales y retomar los compromisos climáticos del Acuerdo de París.
“Las relaciones con Estados Unidos deben revitalizarse y orientarse hacia respuestas tangibles a los desafíos globales como elemento clave en una nueva alianza de socios con intereses y valores compartidos”, reza el programa de trabajo.
También América Latina figura en el programa, aunque no como una prioridad, ni con la intención de darle visibilidad a las relaciones con eventos de alto nivel. Portugal se limita a manifestar su apoyo a los trabajos del Alto Representante Josep Borrell en la vigilancia constrictiva de los desafíos en la región, incluyendo la consolidación de las instituciones democráticas.
“En vista del interés estratégico, la Presidencia buscará contribuir a la creación de condiciones para la firma del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur y del modernizado Acuerdo Global UE-México”.
En las presidencias portuguesas anteriores, Brasil brilló como socio estrella. Ahora, con Jair Bolsonaro en la presidencia, el gigante latino ni se le menciona en el plan de trabajo.
“La transición verde, digital y una Europa social, son prioridades correctas, van en línea con los desafíos”, afirma la eurodiputada portuguesa del Grupo de la Izquierda, Marisa Matias.
“Espero que la presidencia portuguesa no se quede atrás de sus intenciones”, abundó.
Portugal arranca con un distractor, el 24 de enero hay elecciones presidenciales y Marcelo Rebelo de Sousa, del Partido Social Demócrata, intenta renovar su mandato al frente del poder ejecutivo. Aunque todo parece indicar que no habrá sorpresas y el antiguo profesor de derecho se mantendrá en su cargo por cinco años, favorecido por su alta popularidad.
agv