Roma.— La policía antidisturbios bloqueó las calles ayer para tratar de frustrar a los manifestantes del Orgullo Gay en Estambul, mientras que miles de personas asistieron con alegría en París y en otras partes de Europa después de las privaciones pandémicas, aunque los reveses contra los derechos LGBTTTI+ moderaron parte del aire de celebración.

Las autoridades han prohibido los eventos del Orgullo de Estambul desde 2015, citando la seguridad pública y, más recientemente, las restricciones por la pandemia de Covid. El periódico Cumhuriyet dijo que al menos 25 personas fueron detenidas.

Por la crisis sanitaria hubo cancelaciones forzadas de los eventos del Orgullo en Lisboa y el aplazamiento del acto en Londres, que suele ser muy concurrido.

En Berlín, los manifestantes partieron en tres rutas hacia la Alexanderplatz en un formato destinado tanto a evitar reuniones más grandes durante la pandemia, como a reflejar la diversidad de la comunidad LGBTTTI+. En Italia, miles de personas se manifestaron en Roma y en algunas ciudades más pequeñas.

Con un proyecto de ley para combatir los delitos de odio contra las personas LGBTTTI+ estancado en el Senado italiano durante meses, el Vaticano y los líderes políticos de derecha han estado presionando para eliminar algunas de las disposiciones, citando temores de que la legislación debilite la libertad de expresión.

Los defensores de la ley replican que el umbral para el enjuiciamiento es incitar al odio o la violencia contra las clases protegidas. Si se aprueba, la ley italiana también combatirá la discriminación y delitos motivados por prejuicios contra las mujeres y las personas con discapacidad.

Una nueva ley húngara prohíbe compartir contenido sobre homosexualidad o reasignación de sexo a personas menores de 18 años en programas escolares, películas o anuncios de educación sexual.

El gobierno de la nación de la Unión Europea (UE) dice que la norma tiene como objetivo proteger a los niños e insiste en que no se dirige a homosexuales. La crítica dice que la ley vincula la homosexualidad con pedofilia.

El estado de ánimo generalizado entre decenas de miles de participantes en el evento de París fue de celebración, después de casi un año y medio de restricciones provocadas por la emergencia sanitaria en las reuniones y la socialización.

Salv, que no quiso dar su nombre completo porque no quiere que se sepa ampliamente que es VIH positivo, marchó con un cartel que decía: “40 años esperando una vacuna”. Es optimista de que la investigación vertida en las vacunas contra el Covid-19 mejorará las perspectivas de una dosis contra el VIH.

El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, en la marcha de esa ciudad, comentó que le preocupaba que aquellos que objetaban el proyecto de ley para combatir la homofobia buscan discutirlo solamente para detenerlo.

Sala expuso que estaba defendiendo un impulso para la aprobación de la ley y “los derechos justos para toda esta maravillosa comunidad”.

Muchos participantes en París expresaron su alarma por el retroceso de los derechos en Hungría y Polonia, dos naciones de la UE lideradas por gobiernos de derecha.

En Macedonia del Norte, cientos de personas marcharon por la capital Skopje, mientras el país balcánico organizaba su segundo desfile del Orgullo. La multitud portaba una gran pancarta de arcoíris, tocaba silbatos y vitoreaba y bailaba al ritmo de la música que se reproducía desde un vehículo con altavoces.

El año pasado, el Parlamento de Macedonia del Norte adoptó una ley contra la discriminación, considerada la piedra angular de una lucha de una década por parte de la sociedad civil para garantizar la protección de las comunidades más vulnerables y marginadas del país.

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