Camila Rojas abandonó su hogar en plena cuarentena en Colombia. La afectada, quien divulgó su caso de violencia doméstica a EFE, teme que con el aislamiento se detenga el proceso contra su exesposo. Además, lamenta no tener acceso a ayuda sicológica, porque las instituciones que la ofrecen están cerradas. Ella, como otras 4 mil 760 mujeres en ese país, denunció agresiones de género durante el encierro.
En mayo, la Secretaría Distrital de la Mujer de Bogotá informó el arresto de 15 personas señaladas de cometer actos de violencia sexual contra ese sector, a través de la línea púrpura, número telefónico para reportar esos hechos.
Tanto supermercados, farmacias como estaciones de servicio funcionan como espacios seguros, lugares establecidos para que las víctimas puedan realizar la denuncia y reciban asistencia.
La titular de la dependencia, Diana Rodríguez, afirmó: “Más de 630 tiendas harán parte de la estrategia (…) para prevenir y atender las violencias en casa, que éstas no se traten más como un tema de puertas para adentro y logremos, con el poderoso aporte de distintos actores sociales, desnaturalizarla, prevenirla y atenderla mejor”.
Las querellas aumentaron 103% en el primer mes del aislamiento preventivo causado por el brote de coronavirus. Al menos 21 mujeres fueron asesinadas, según la Fundación Feminicidios Colombia, la cual trabaja en la observación de esos delitos, tentativas de éstos y representación de víctimas de forma gratuita en toda la nación.
“Se analiza la situación y se dirige a la dependencia legal para revisar si es representación judicial o hay incidencia”, afirmó Clara Alejandra Cuéllar, coordinadora nacional a EL UNIVERSAL.
En otras regiones del país, organizaciones como Ruta Pacífica de las Mujeres se encargan de brindar acompañamiento sicosocial y sicológico a las afectadas. “También [ofrecemos] pedagogía desde casa [para] saber qué pasa, por qué en el confinamiento aumenta la violencia de género y por qué estar encerradas con el agresor es peor”, señaló Erika Tobón, coordinadora regional de ese colectivo.
Para ellas, explicó, no es fácil estar en el mismo lugar que su victimario durante el distanciamiento social: “Creemos que las agresiones se han incrementado por eso; sin embargo, hay muchas mujeres que viven cualquier situación de violencia que no la reconocen, [entonces] no quieren denunciar.
“A veces en sus mismas casas no pueden llamar a la policía o a las organizaciones sociales, entonces se complica el asunto”, añadió.
Por su parte, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad en Argentina estableció 10 medidas, con las cuales se busca reforzar la protección a las víctimas de los ataques mientras se vive el proceso de confinamiento en esa nación.
“Entendemos que las situaciones de aislamiento social forzoso pueden derivar en un aumento de los casos de violencia por motivos de género y una disminución de los recursos disponibles para las mujeres y diversidades que en el marco de la emergencia sanitaria atraviesan estos hechos.
“Por estos motivos, tomamos la decisión de reforzar las acciones y dispositivos nacionales de atención a las víctimas”, manifestó la dependencia en su página de internet oficial.
Las medidas implementadas consisten en asistencia integral, recomendaciones, línea de atención e incluso el traslado de menores de edad que puedan estar en situación de riesgo.
A su vez, en Chile la organización Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres puso en macha la estrategia #EnRedNosCuidamos, en asociación con la Secretaría de Mujeres Migrantes y otras regiones, con el objetivo de permitir el apoyo y acompañamiento digital a víctimas de maltrato.
La iniciativa busca la difusión sobre los diversos colectivos feministas y comunitarios que están entregando orientación, información, así como atención legal y sicológica para facilitar una red de apoyo a las mujeres que sufren agresiones.
Con estas acciones implementadas, los activistas y las autoridades prevén atender y dar seguimiento a víctimas de violencia de género en América Latina durante el confinamiento por el virus.
Al levantar las medidas en los países, varias organizaciones seguirán trabajando para ayudar a quienes son agredidas.