Madrid.- El apagón de la enseñanza presencial provocado por la pandemia hizo que muchas madres se vieran obligadas a ejercer de maestras en sus hogares, sin descuidar su trabajo y sus múltiples obligaciones diarias. Con ello, estas mujeres intentaron preservar el nivel de educación de sus hijos tras la implantación de la educación virtual, a la que obligó el cierre de las escuelas.
Daniela es una de las mamás que han tenido que improvisar para hacer frente a una situación inédita, adecuando horarios y obligaciones a las nuevas circunstancias impuestas por la pandemia. En su caso, para tratar de reforzar el aprendizaje online de sus hijas, de 9 y 6 años de edad, mientras atendía sus tareas cotidianas y teletrabajaba desde casa como responsable de comunicación de una asociación de tecnología.
“Reforzar la educación de las hijas en tiempo de pandemia ha sido un desafío, porque las madres lo hacemos lo mejor que podemos, pero no tenemos todas las herramientas pedagógicas para que ese conocimiento realmente se consolide. Hay que tomar nota y hacer ejercicios mientras el profesor les imparte la lección online y al mismo tiempo no puedes desatender tu trabajo. A veces es imposible dedicarle la calidad debida”, señala a EL UNIVERSAL.
Daniela reconoce que no tuvo que recurrir a la Wikipedia , pero sí se vio obligada a refrescar muchas de las metodologías para la enseñanza de los menores.
“Por ejemplo, tuve que leer antes sus libros para saber cómo en capítulos previos les iban enseñando los temas. Son cosas que uno tiene interiorizadas y que no te has planteado nunca cómo transmitirlas a un niño con el que hay que emplear herramientas de las que uno carece”, agrega.
Daniela tenía que interrumpir su jornada laboral para dedicarse a sus hijas cuando recibían los deberes de forma remota. Más tarde, regresaba al teletrabajo para completar las horas que le faltaban. Sobre todo al principio fue muy complicado, porque nadie pensaba que la pandemia se iba a prolongar hasta el final del periodo escolar. Reconoce que no estaban preparados para llevar el colegio online de forma eficiente y acompañar a sus hijos en el aprendizaje.
“Muchas veces no me daba tiempo. Más de una vez me sentí desbordada. Pero dentro de todo teníamos recursos, equipos y espacio para atender de forma correcta las lecciones online y poder teletrabajar. Hemos tenido que dedicar un esfuerzo extra para intentar que los niños no se quedasen atrás, sobre todo en años escolares tan complicados”.
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No obstante, Daniela se siente de algún modo privilegiada, ya que cuenta en su casa con todo lo necesario y la colaboración de su marido para, en la medida de lo posible, poder atender a sus hijas en tiempos de enseñanza remota. Es consciente de que son muchas las familias con menores de edad que, tras la clausura de los colegios por la pandemia, carecen de los recursos materiales y humanos para encarar en sus hogares un desafío educacional como el que se ha producido tras el arribo del Covid-19.
“Hay materias, dependiendo del año escolar, de las que los padres tienen mayor conocimiento para poder acompañar a los niños en el aprendizaje. Nosotros sabemos inglés y también hemos podido ayudar en estas materias, ya que la enseñanza en el colegio es bilingüe. Pero los padres no necesariamente tienen por qué tener conocimientos de inglés para enseñar a sus hijos en una lengua extranjera”, asegura.