Kiev.— Las autoridades instaladas por Moscú en varias regiones de Ucrania anunciaron ayer la celebración urgente, del 23 al 27 de septiembre, de referéndums de anexión a Rusia, en plena contraofensiva ucraniana.
Ucrania respondió de inmediato y prometió “liquidar” la “amenaza” rusa.
La programación de referéndums se anunció en las regiones de Luhansk, Kherson, Zaporiyia y Donetsk, parcialmente controladas por Rusia. El expresidente Dmitry Medvedev, subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia encabezado por el mandatario Vladimir Putin, dijo que los referéndums que unen regiones a Rusia harían que las fronteras rediseñadas fueran “irreversibles” y permitirían a Moscú usar “cualquier medio” para defenderlas.
Los referéndums en el Donbás “son de gran importancia (....) para restablecer la justicia histórica”, dijo Medvedev en Telegram.
“Violar territorio de Rusia es un crimen, y si es cometido, ello permite utilizar todas las fuerzas en legítima defensa”, advirtió.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, puso en alerta máxima al ejército, luego de la convocatoria, por parte de las fuerzas prorrusas, de referéndums de anexión a Rusia.
“La situación es muy grave”, señaló Lukashenko durante una reunión con el secretario del Consejo de Seguridad del Estado bielorruso, Alexander Grigoryevich, de acuerdo con la agencia de noticias Anadolu.
El canciller alemán, Olaf Scholz, rechazó que tales “referendos ficticios” sean “aceptables”. Estados Unidos dijo que no reconocerá “jamás” los territorios anexados, mientras que la OTAN consideró que las consultas suponen una “escalada adicional” del conflicto.
El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó de “parodia” el anuncio de referéndums en cuatro regiones separatistas de Ucrania y dijo que “no tendrán consecuencias legales”.
Esos referéndums, basados en el modelo del que confirmó la anexión por Rusia de la península ucraniana de Crimea en 2014, denunciado por la comunidad internacional, llevan varios meses en preparación, pero su calendario parece haberse acelerado por la contraofensiva ucraniana.
El jefe del Parlamento autoproclamado de Luhansk, Denis Miroshnichenko, anunció en primer lugar que se celebraría la consulta a lo largo de cuatro días a partir del viernes. Después, la agencia de prensa oficial de Donetsk anunció un calendario idéntico, seguido del jefe de la administración de ocupación de Kherson, Vladimir Saldo, y un responsable prorruso hizo lo propio para la región de Zaporiyia.
“Ucrania va a solucionar la cuestión rusa. La amenaza sólo puede liquidarse por la fuerza”, escribió en Telegram el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andrii Yermak. El ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba, aseguró que Kiev va a “seguir liberando sus territorios, diga lo que diga Rusia”.
En otra señal de que Rusia se prepara a un conflicto prolongado y posiblemente intensificado, la Cámara Baja (Duma) del Parlamento votó para endurecer las leyes contra la deserción, la rendición y el saqueo por parte de las tropas rusas. También votó para introducir posibles penas de prisión de 10 años para los soldados que se nieguen a luchar.
Putin criticó lo que describió como los esfuerzos de EU por mantener su “dominio global” y dijo que estaban condenados al fracaso. Al recibir las credenciales de embajadores extranjeros en Moscú, Putin señaló que “el desarrollo objetivo hacia un mundo multipolar enfrenta la resistencia de quienes tratan de preservar su hegemonía en los asuntos globales y de controlarlo todo: Latinoamérica, Europa, Asia y África.
“La hegemonía la ha conseguido durante mucho tiempo, pero no puede mantenerse para siempre... independientemente de lo que ocurra en Ucrania”, agregó.
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