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“Tengo 77 años de edad, he perdido la visión de un ojo por glaucoma, soy usuario de oxígeno permanente. Tengo problemas en mis rodillas y columna, lo que me obliga a uso de andador para poder desplazarme”.
Así describió su situación actual el narcotraficante hondureño Ramón Matta Ballesteros , quien purga 12 cadenas perpetuas en Estados Unidos y solicitó, en una carta a la presidenta Xiomara Castro, su ayuda para pasar sus últimos días en Honduras .
Matta Ballesteros es el narcotraficante responsable de unir, en la década de 1980, a los cárteles de Guadalajara, en México y de Medellín, en Colombia, para el tráfico de cocaína a Estados Unidos. En la carta, explica que el 5 de abril se cumplieron cinco años de lo que llamó “secuestro” y entrega a las autoridades de Estados Unidos, lo que considera “una flagrante violación a la Constitución de Honduras, ya que en ese momento no existía la extradición en nuestro país”, según reportan medios locales, como El Tiempo.
El capo está preso en la prisión de alta seguridad de ADX Florence, en Colorado, desde 1990 y un tribunal lo declaró culpable de controlar un imperio valuado en 2 mil millones de dólares y de distribuir cocaína en California por un valor de 73 millones de dólares. Se le condenó a cadena perpetua sin posibilidad de lograr libertad provisional.
En la carta, Matta Ballesteros, de 77 años de edad, se queja de que fue “despojado de mis derechos más elementales como ciudadano hondureño; y ni siquiera tuve acompañamiento consular durante los Juicios. Solamente durante el gobierno del Señor presidente Manuel Zelaya, llegó una funcionaria consular a interesarse por mi estado dentro de la prisión y a cerciorarse de que se me respetaran mis Derechos Humanos”, explicó. Zelaya es esposo de la actual mandataria hondureña.
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El hondureño insiste en que sufre un “deterioro general de salud” y señala que hay informes médicos que lo corroboran, por lo cual solicita se le apliquen los beneficios del Tratado de Estrasburgo, un convenio relacionado con el traslado de personas detenidas, del cual Honduras es signatario.
Dicho tratado señala que un condenado puede se trasladado a otro país, del que sea nacional, para terminar de cumplir su condena, si ésta la pena que aún debe cumplir el acusado es de al menos seis meses, y si por su “edad o estado físico o mental” lo justifica.
“Tengo derecho de acceder, dada mi edad, el tiempo transcurrido en prisión y mi deteriorada condición de salud; si Honduras me apoya, el hacerme beneficiario de este tratado me permitiría retomar a mi país y terminar mi vida de manera digna, al lado de mis hijos y nietos, tal como todo ser humano merece”, afirma Matta en la carta, en la que solicita la ayuda de Castro para que interceda por él ante Estados Unidos .
El narcotraficante fue implicado en el asesinato, en suelo mexicano, del agente antidrogas estadounidense Enrique “Kiki” Camarena, pero en diciembre de 2018 Estados Unidos retiró los cargos por ese crimen.
Con Matta Ballesteros y la CIA como enlaces, los mexicanos Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, líderes del cártel de Guadalajara, se aliaron a los colombianos Pablo Escobar y Jorge Luis Ochoa, jerarcas del cártel de Medellín, Colombia.
Bajo el nexo del hondureño, el cártel de Guadalajara se asoció con la CIA para traficar armas y drogas y financiar a la “contra” nicaragüense, fuerza anticomunista que, gestada en 1980 y 1981, EU organizó en 1982 para combatir al entonces régimen comunista de Nicaragua, apoyado por Cuba.
Esta alianza provocó un fenómeno sin precedentes en América: la gran explosión del narcotráfico a partir del decenio de 1980.
agv