Un hombre de aspecto fornido con uniforme negro camina hacia un McDonald's en la pequeña ciudad de Golden, Colorado.
Cuando se acerca al mostrador, se ve claramente que lleva un arma enfundada. Pero, en lugar de hacer un pedido, se dirige a un grupo de jóvenes que trabajan en el lugar.
"¿Es él, el de las papas fritas?", le pregunta el hombre al asistente de caja.
"¿Estás buscando a Bryce?", responde el empleado.
El hombre uniformado se acerca a las freidoras mirando al joven vestido con una gorra y una camiseta de McDonald's.
"Muy bien. Estás bajo arresto", le dice.
Un segundo hombre, también vestido con un uniforme negro lo sigue y saca un par de esposas mientras el primero pone los brazos de Bryce en su espalda. El joven no se resiste.
Quienes han presenciado lo que acaba de ocurrir pueden pensar que se trata de un simple arresto. Pero en realidad, ninguno de estos hombres son policías, son cazadores de fugitivos.
Los "cazafugitivos" son los protagonistas de un nuevo documental de BBC Three presentado por Stacey Dooley.
En muchos estados de EU, personas sin ningún tipo de autoridad policial y en ocasiones incluso sin preparación, pueden usar la fuerza para poner bajo arresto a quienes no cumplan las condiciones de su libertad bajo fianza.
Bryce, de 21 años, desobedeció órdenes judiciales en numerosas ocasiones en los últimos cuatro meses. Se le imputan múltiples cargos, entre ellos violencia doméstica y conducir bajo el efecto de las drogas.
"En Estados Unidos, si se te acusa de un delito, tienes derecho a estar en libertad mientras esperas tu juicio, pero, para asegurarse de que te presentas ante un tribunal cuando corresponde, la Justicia pide dinero a cambio, una fianza", explica la presentadora del programa.
"Si te presentas para el juicio, se te devuelve el dinero. La idea es que, teniendo parte de tu dinero retenido, la gente no huya".
Pero si alguien no tiene dinero debe permanecer detenido. Aunque también hay otra opción: contratar los servicios de un fiador o prestamista que presta el dinero para no ir a la cárcel con un interés del 10% al 15%. Es así como hacen negocio.
En países como Reino Unido, las personas en libertad condicional a veces tienen que pagar una suma de dinero como garantía de que no desaparecerán antes de que se celebre el juicio. Lo que no existe es la figura de prestamistas ni cazafugitivos: la policía es la encargada de esta tarea.
"Por todo Estados Unidos se multiplican los anuncios de esta gente que prometen la libertad a los acusados en una situación desesperada", asegura Dooley.
"Son los amigos a los que acudir cuando uno más lo necesita y hacen que el proceso parezca simple y rápido".
Lo que no dicen es que, si una persona huye, el prestamista podría no recuperar el dinero que entregó a la justicia en concepto de fianza.
Si esto pasa, en muchos estados se puede contratar a cazafugitivos, cuyo trabajo es rastrear al acusado para llevarlo de nuevo frente a los tribunales.
La BBC entrevistó a Scott Gribble, el cazafugitivos contratado para atrapar a Bryce.
Hope Bail Bonds, la compañía para la que trabaja, publicó varias recompensas para encontrar a Bryce. El total ascendía a 24 mil 500 dólares.
Cuando el cliente de un prestamista no se presenta ante el tribunal, los cazafugitivos tienen derecho a entrar por la fuerza en cualquier propiedad donde creen que el acusado se esté escondiendo.
"Atrapar a un fugitivo es muy parecido a reventar un grano", dice Gribble. "Aplicamos presión y finalmente aparece".
Él ya tiene más de 20 mil seguidores en Instagram donde publica fotos y videos de sus capturas. También dirige un plan de entrenamiento llamado Bounty Hunter Bootcamp para personas que deseen aprender su oficio.
Una de sus alumnas es Brie, una exótica bailarina de 25 años que quiere comenzar a trabajar como cazafugitivos por las noches. "Realmente me gusta la idea de derrotar a los malos y de estar en acción, soy una adicta a la adrenalina. Me gusta ser parte del sistema de justicia".
El curso proporciona una certificación en el uso de armas taser, esposas y armas de fuego. Pero solo en 17 de los 50 estados de EU se requiere algún tipo de formación para ser un "cazafugitivos", y esto puede poner en riesgo tanto a los cazadores como a los cazados.
Algunos estados también tienen una edad mínima para convertirse en cazafugitivos y regulan la cantidad de horas de formación que necesita cada aspirante. Hay seis estados donde los "cazafugitivos" no operan.
"Washington requiere 32 horas (de entrenamiento o formación)", dice Gribble.
"En otros, simplemente vas a una reunión de una asociación y pagas una tarifa. Sin entrenamiento en el uso de taser ni nada. De repente te conviertes en 'cazafugitivos'.. Van a patear puertas y son esos tipos los que nos dan un mal nombre".
En Colorado, los "cazafugitivos" deben adquirir una licencia y para obtenerla deben primero completar un curso de capacitación y pasar una verificación de antecedentes penales.
La figura del prestamista de pago de fianza existe desde 1898. Hoy en día, la industria de fianzas de Estados Unidos genera ingresos de entre mil 400 millones y 2 mil 400 millones de dólares al año.
En 1990, una cuarta parte de las personas que necesitaban dinero para la fianza recurrieron a estos prestamistas. En 2009, el número se había duplicado en los casos de personas acusadas de delitos más graves como asesinato, violación y robo.
Asumiendo que un cazafugitivos tiene entre 100 y 150 casos al año, podría ganar un salario anual de entre 50 mil y 80 mil dólares. Gribble llama a su trabajo un "negocio a prueba de recesión".
A través de su academia, Gribble conoció a su esposa, Lydia, que estaba interesada en convertirse en una cazafugitivos.
Pero la relación no ha estado exenta de complicaciones. Una de las capturas que tuvo que hacer Gribble fue la propia madre biológica de Lydia. Ella fue dada en adopción de niña porque su madre tenía problemas de adicción a las drogas.
"Puse a su madre en prisión por dos años y medio", cuenta él.
Gribble cuenta que la mujer no podía aproximarse a ninguna tienda de Walmart por haber robado una y otra vez.
"Sabía que se estaba drogando", agrega Lydia, visiblemente angustiada. "Quería llevarla a prisión porque sabía que allí podría rehabilitarse".
"Vi a mi madre rogar por ayuda", dice mientras se seca las lágrimas.
"No había nadie allí para ayudarla y yo no podía hacer nada al respecto... Pero ahora estoy casada con Scott y él siempre me dice: 'Llama a tu madre y hazle saber que ahora nos tiene a nosotros'".
"Ella fue sentenciada a cinco años de prisión", explica Gribble. "Le dije: 'Haz todo lo que tienes que hacer y me aseguraré de que tu hija esté siempre en tu vida'".
Al igual que la madre de Lydia, las personas capturadas por los cazafugitivos son frecuentemente las más vulnerables.
Keri, por ejemplo, otra persona capturada por Gribble tiene 29 años, es madre de dos hijos y tiene problemas con el alcohol. La buscan por un presunto delito de violencia doméstica contra un exnovio.
Stacey Doodley, de la BBC, lleva un chaleco antibalas mientras sigue a Gribble a la casa donde cree que se está escondiendo Keri.
"Veo que tienes una pistola y un taser", le dice Doodley.
"Debes hacer que las probabilidades de atraparlo jueguen a tu favor usando armas, técnicas y tácticas para que no se resistan", dice el cazarfugitivos. "A veces tenemos que encontrar a personas peligrosas así que hacemos lo mejor que podemos".
Pero cuando Gribble llama a la puerta donde cree que Keri se está escondiendo, es su abuela quien abre y los invita a entrar.
Cuando Gribble le dice que están buscando a Keri, su abuela, abrumada, grita por las escaleras hacia el sótano para ver si está allí.
Al bajar al sótano, todas las luces están apagadas y una figura masculina sale lentamente de la oscuridad, seguida de una mujer: Keri.
"Hola, ¿cómo estás?", dice Gribble. "Pon las manos detrás de la espalda".
"¿Puedo ponerme los zapatos, por favor?", pregunta Keri.
"Me rompe el corazón", dice la abuela de Keri cuando Gribble sube con Keri. "Te quiero", dice, mientras su nieta sale por la puerta principal, con las manos esposadas.
Sentada con la presentadora de televisión en la parte trasera del auto de Gribble, Keri comienza a llorar.
"¿Tienes miedo?", le pregunta Doodley. Keri asiente. "¿De qué tienes miedo?".
"Estar lejos de mi familia", responde entre sollozos.
Keri tenía una fianza de 2 mil dólares por la cual pagó 200 dólares y debía regresar para el juicio el 18 de marzo, pero no se presentó.
Después de ser atrapada, el pago mínimo para la fianza de Keri se duplicó a 450 dólares. No podía pagarlo, por lo que fue detenida.
Después de ser capturada por Gribbley y sentenciada a 30 días en la cárcel, aceptó hablar con Stacey Doodley sobre las experiencias que la llevaron a este punto.
"Son 30 días, no son años, así que tengo que pensarlo de esa manera", le dice a Stacey detrás de las rejas del área de visitas de la prisión. "Quiero hablar con mis hijos".
Keri dice que fue arrestada entre 10 y 13 veces, principalmente por no presentarse en la justicia.
Cuenta que su pareja, Sam, le decía que debía presentarse.
"Pero con todo lo que he estado pasando... Perdimos a nuestro bebé en Pascua y todo se fue a la m...", cuenta.
Keri también explica que ha estado luchando con su adicción al alcohol y que, cuando deja de beber, vomita y tiene convulsiones.
Por otro lado, el trabajador de McDonald's, Bryce, al final se declaró culpable de conducir sin licencia y aceptó un acuerdo de culpabilidad en su caso de violencia doméstica. Como parte de ese acuerdo, todos sus otros cargos fueron desestimados.
El hecho de que a los "cazafugitivos" se les pague por captura de personas como Keri y Bryce, que tuvieron que usar los servicios de un prestamista por sus dificultades financieras, provocó que algunas personas critiquen el sistema de fianzas estadounidense.
Pero Robert Boykin, dueño de la compañía que le prestó dinero a Keri, no lo ve mal.
"Hay quienes dirán que sí, que nos estamos aprovechando de los más pobres de la sociedad", le dice a Stacey Doodley.
"Bueno, entonces tal vez la Justicia debe hacer algo porque estamos haciendo lo que el Estado dice que podemos hacer".
"Está la madre que tiene cinco hijos en casa que posiblemente no puede pagar una fianza. Está el hombre que estaría en la cárcel por algo muy estúpido si yo no estuviese allí", ejemplifica.
En los estados con un sistema de fianza comercial, el uso de un prestamista es la única forma en que muchas personas pueden evitar la cárcel antes del juicio.
"Si necesitas un prestamista para salir de la cárcel debes aceptar que, cuando no cumples con las reglas, corres el riesgo de que los cazafugitivos armados derriben su puerta", concluye la presentadora de la BBC.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en BBC Three y puedes leerlo aquí.
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