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Taipéi.- El candidato del Partido Democrático Progresista (PDP) taiwanés, William Lai (Lai Ching-te), se impuso en las elecciones presidenciales de Taiwán con un 40.2 % de los sufragios, según los últimos datos difundidos por la Comisión Electoral Central (CEC).
Quien se autodefinió en el pasado como un “pragmático trabajador por la independencia” de Taiwán partía como máximo favorito en los comicios presidenciales, tras una larga campaña electoral en la que moderó su discurso.
El actual vicepresidente lideró la mayoría de los sondeos con un apoyo cercano a 35 % del electorado, varios puntos por delante de los candidatos opositores del Kuomintang (KMT), Hou Yu-ih, y del Partido Popular de Taiwán (PPT), Ko Wen-je.
Su victoria sería la peor de las noticias para Beijing, cuyas autoridades han tachado a Lai de “separatista” y de “carecer de integridad moral”.
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Un médico convertido en político
Hijo de un minero del carbón y médico de formación, Lai (Wanli, 1959) comenzó a participar en política a mediados de la década de los 90, cuando la democracia taiwanesa empezaba a abrirse paso: en 1994 encabezó una asociación de profesionales sanitarios en apoyo a Chen Ting-nan, entonces aspirante a gobernador de la provincia de Taiwán por parte del PDP.
Dos años después, Lai fue el candidato más votado de la sureña ciudad de Tainán en las elecciones a la extinta Asamblea Nacional y posteriormente, en 1998, pasó a representar a esa localidad en el Yuan Legislativo, donde se mantuvo durante cuatro legislaturas.
Su auténtico salto a la fama se produjo a partir de 2010, año en que fue elegido alcalde de Tainán, un cargo que ejerció hasta 2017 dejando un récord para la historia: en 2014, fue reelecto con cerca de 73 % de los votos, el porcentaje más alto para unos comicios locales desde el levantamiento de la ley marcial en 1987.
Ese buen desempeño al frente de la ciudad lo catapultó a la arena de la política nacional: primero, como primer ministro (2017-2019), y después como vicepresidente de Tsai Ing-wen, quien lo derrotó en las primarias del PDP y lo invitó a ser su compañero de fórmula en las presidenciales de 2020.
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Moderación del discurso soberanista en Taiwán
Tras definirse como un “pragmático trabajador por la independencia de Taiwán” en 2017, Lai ha ido moderando su discurso en torno a la autonomía de la isla, en consonancia con la opinión mayoritaria de la sociedad taiwanesa, que se muestra favorable al mantenimiento del status quo actual.
Ahora, como candidato a presidente del PDP, Lai descarta la posibilidad de declarar formalmente la independencia, puesto que, asegura, Taiwán ya es un “país soberano e independiente” bajo el nombre de la República de China.
Contrario al “principio de una sola China”, Lai propone continuar las políticas emprendidas por Tsai Ing-wen en torno a cuatro principios: fortalecer la disuasión militar, garantizar la seguridad económica de la isla, profundizar las relaciones con las principales democracias del mundo y mantener una política pragmática hacia China.
Durante la campaña electoral, el político ha presentado estos comicios como una pugna entre “democracia” y “autocracia”, al tiempo que se ha mostrado partidario de retomar el diálogo con Beijing, suspendido desde la llegada al poder del PDP en 2016.
“La paz no tiene precio y no hay ganadores en una guerra. La paz es la única opción. Queremos tener diálogo y cooperación con China”, afirmó Lai el pasado martes en una rueda de prensa.
La designación de Hsiao Bi-khim como su candidata a vicepresidenta es otra declaración de intenciones: hija de padre taiwanés y madre estadounidense, Hsiao trabajó como embajadora de facto en Washington entre 2020 y 2023, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo.
De hecho, Hsiao se refiere a sí misma como una “gata guerrera”, una alusión velada a la diplomacia del “lobo guerrero” ejercida por Beijing durante los últimos años.
Así, un tercer mandato consecutivo del PDP, algo inaudito en la historia democrática de la isla, supondría un recrudecimiento de las relaciones con China, cada vez más incisiva en la necesidad de alcanzar la “reunificación” nacional.
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