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Defendió a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y después a su esposa, Emma Coronel; ahora toca el turno a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo. Podría decirse que Jeffrey Lichtman es ya un viejo conocido para la familia Guzmán.
Abogado de defensa criminal con sede en Nueva York, conoce vida y obra del Chapo y su familia. Cuando defendió al capo sinaloense, aseguró que Ismael Mayo Zambada era el verdadero líder del Cártel de Sinaloa, y no su cliente. ¿Qué dirá con Ovidio? Quizá lo mismo. Que Zambada, y no El Ratón, es el malo de la historia.
Ovidio Guzmán comparece este lunes alrededor del mediodía ante la jueza Sharon Johnson en la Corte de Distrito Norte en Illinois. Se le acusa de cinco cargos:
1) Conspiración para distribuir cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana (CMHM) en Estados Unidos
2) Empresa Criminal Continua
3) Importar, fabricar y distribuir cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana
4) Conspiración de lavado de dinero ilegal
5) Posesión de arma de fuego
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Antes de ser el "abogado familiar" del Chapo, Lichtman ya era conocido por defender a algunos de los capos de la mafia estadounidense más importantes.
"Con más de 32 años de práctica en algunos de los mayores escenarios del país, el Sr. Lichtman ha desarrollado un estilo de contrainterrogatorio descrito en los medios de comunicación como un 'golpeteo implacable' en el que los testigos eran 'pasados por la batidora y triturados'", señala en su página en internet.
Ese estilo "agresivo" incluyó, en el caso del Chapo, no dudar en señalar a presidentes mexicanos como receptores de sobornos por parte del Cártel de Sinaloa para permitirle seguir operando.
Uno de los casos que lo catapultó a la fama fue el haber logrado la nulidad de cuatro juicios por asociación delictiva contra John Gotti, líder de la familia criminal Gambino y conocido como "el último gran mafioso de Estados Unidos".
Fraude fiscal, extorsión, estructuración, asalto, soborno, secuestro, delitos de narcóticos, asesinato y conspiración para asesinar, delitos de armas de fuego, lavado de dinero, fraude a Medicaid, fraude de valores y DWI/DUI constituyen algunos de los delitos en los que Lichtman y su bufere son considerados expertos.
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En el caso del Chapo, la estrategia de Lichtman no funcionó. Joaquín Guzmán fue sentenciado a cadena perpetua, que cumple en la prisión de máxima seguridad ADX en Florence, Colorado.
Con Coronel, la estrategia fue de cooperar con las autoridades, lo que le valió una sentencia reducida de tres años. Apenas la semana pasada salió en libertad, poco más de dos años y medio después de su condena.
Lichtman alegó en el caso de la esposa del Chapo que su participación fue mínima, si es que la tuvo, en el cártel, por lo que no había razón para mantenerla detenida.
Con Ovidio, hay dos opciones: que enfrente juicio, como lo hizo su padre, e intentar demostrar que no es el criminal que las autoridades dicen que es, señalado de ser uno de los principales traficantes del fentanilo que cada año máta a 100 mil estadounidenses, o como Coronel, cooperar con la justicia, lo cual implicaría delatar a sus hermanos, los Chapitos.
Ovidio enfrenta otros seis cargos en Nueva York, por lo que el futuro del Ratón luce complicado, aun para un abogado veterano, como Lichtman.
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