El mundo político en Países Bajos está consternado.
La amplia victoria de Geert Wilders en las elecciones generales de este 22 de noviembre no solo provocó una enorme sorpresa sino que también vino a sacudir a las fuerzas políticas tradicionales de ese país.
Y es que este veterano líder de derecha ha llamado la atención por sus ideas radicales.
Se ha opuesto públicamente al Islam -llegando a proponer incluso la prohibición del Corán-, es abiertamente defensor de políticas antiinmigrantes e, incluso, ha planteado la necesidad de hacer un referéndum para que su país abandone la Unión Europea (UE), al igual como lo hizo Reino Unido.
Sus planteamientos le han valido el sobrenombre del "Donald Trump holandés" pero él se ha alejado de ese concepto, reivindicando su individualidad.
En la jornada de ayer, el partido de Wilders -denominado Partido de la Libertad (PVV)-, que lleva 25 años en el parlamento, obtuvo 37 escaños, muy por delante de su rival más cercano, una alianza de izquierda liderada por el excomisario de la UE, Frans Timmermans, que logró 25 escaños.
En Países Bajos rige un sistema parlamentario, al contrario que en América Latina donde en su mayoría son sistemas presidencialistas.
Para poder formar gobierno, Wilders necesitará persuadir a otros partidos para que se unan a él en una coalición. Su objetivo es reunir al menos 76 escaños de los 150 que tiene el parlamento.
Pero antes de las elecciones, el líder de derecha adelantó que estaba dispuesto a negociar y llegar a acuerdos para convertirse en Primer Ministro.
Y, ahora, se mostró confiado.
"El Partido de la Libertad ya no puede ser ignorado", dijo.
"Nosotros gobernaremos", agregó.
Su victoria también supone un desafío importante para Europa, sobre todo teniendo en cuenta de que los Países Bajos son uno de los miembros fundadores de la UE.
En BBC Mundo te contamos quién es este controvertido político que con su triunfo vino a cambiar el tablero político holandés -y, por cierto, de Europa.
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Geert Wilders nació en el seno de una familia de clase media en Venlo, una ciudad en el sureste de los Países Bajos, ubicada a pocos kilómetros de la frontera con Alemania.
Luego de sus estudios en Derecho en la Universidad Abierta de los Países Bajos, en 1981 decidió viajar al exterior.
Vivió un tiempo en Israel y luego recorrió distintos sitios del Medio Oriente.
Cuando volvió a su país, trabajó inicialmente en el sector de los seguros médicos.
Pero su interés temprano por la política lo hizo cambiar de rumbo.
En 1997 ocupó su primer cargo público como concejal en Utrecht, la cuarta ciudad más importante de Países Bajos. Lo hizo en las filas del ahora rival Partido Popular por la Libertad y la Democracia, más conocido como VVD, un partido de centro derecha.
Un año después entró en el Parlamento holandés y en 2002 se convirtió en el portavoz del partido VVD.
Desde esa plataforma llamó la atención por sus declaraciones en contra del islam y de lo que bautizó como la "islamización" de Países Bajos y de Europa.
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El discurso de Wilders fue recibido con asombro en un país acostumbrado a la diversidad cultural y la convivencia interreligiosa.
Pero por esos años, dos hechos sacudieron este pacífico panorama: en 2002, un activista medioambiental holandés mató a tiros al político Pim Fortuyn, abierto crítico del islam.
Dos meses después, un joven de origen marroquí mató en plena calle de Ámsterdam al controvertido cineasta holandés Theo van Gogh, que había realizado el documental anti-islam "Submission".
Aquellos sucesos sumieron a Países Bajos en un proceso de reflexión.
El ideario de Pim Fortuyn fue de alguna manera recogido por Wilders, lo que supuso un cambio radical en su vida, que incluyó vivir bajo constante protección policial debido a múltiples amenazas de muerte.
En el ámbito político, decidió abandonar el VVD en septiembre de 2004 por la postura de su partido respecto a una posible negociación con Turquía para su entrada en la Unión Europea.
Tras ello, decidió formar su propia agrupación, Partido para la Libertad, que en 2006 debutó en las elecciones parlamentarias obteniendo 9 escaños (y convirtiéndose en el quinto partido más grande del parlamento).
Desde entonces, su representación ha ido en aumento.
Es complejo definir con exactitud dónde se originó este rechazo frontal de Wilders al islam.
Criado como católico, se declara agnóstico pero defiende la superioridad de la tradición judeocristiana.
Fuera por un evento personal o por una cuestión ideológica, el caso es que el antiislamismo de Wilders se ha convertido en su sello personal.
Ahora, sin embargo, ha dado señales de moderación.
Para ganar el apoyo de los votantes más tradicionales, en la campaña previa a estas elecciones Wilders declaró que sus planes para prohibir el Corán, las escuelas islámicas y las mezquitas iban a quedar "en el refrigerador".
Los expertos creen que este cambio de discurso ayudó a su partido a duplicar con creces su representación en el parlamento, de 17 a 37 escaños.
Pero su victoria es vista con temor por algunos miembros de la comunidad musulmana de los Países Bajos, que temen un período difícil por delante.
Más allá de su discurso antiislámico, el caso de Geert Wilders es difícil de etiquetar porque en cuestiones sociales se considera progresista y defiende con firmeza los derechos de las mujeres y la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales).
A Wilders no le gusta que lo definan como de "extrema derecha" o que lo identifiquen con grupos fascistas.
"Somos un país que busca consenso. Ni siquiera tenemos tanta gente de extrema derecha en nuestro país; nunca la tendremos", le dijo a la BBC.
Sus aliados más cercanos en la UE están en la derecha nacionalista.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, la política francesa de extrema derecha Marine Le Pen y el líder de Vox, Santiago Abascal, han acogido con satisfacción su victoria.
En las últimas elecciones en Países Bajos, este político ha logrado que las ideas giren entorno al concepto de identidad.
En la línea del eslogan "Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo", el de Wilders dice: "Devolvamos Holanda a los holandeses".
Así, ha defendido un discurso en contra de los inmigrantes.
"Los Países Bajos no pueden soportarlo más", afirmó en días previos a la elección de este 22 de noviembre.
"Ahora tenemos que pensar primero en nuestra propia gente. Fronteras cerradas. Cero solicitantes de asilo", agregó.
El líder del Partido de la Libertad ha critido a "la élite política de La Haya y Bruselas" durante años. Y ha prometido sacar a Holanda de la Unión Europea si llega al poder, el llamado Nexit.
Y aunque se cree que seguirá insistiendo en esa idea, él ha reconocido que la mayoría de los votantes holandeses no están pensando en eso.
Además, es poco probable que convenza a sus posibles socios de coalición para que acepten un referéndum.
Sin embargo, su contundente victoria es un factor que hay que tener en consideración, según los analistas.
Está por verse cuánto eco tendrán realmente sus radicales ideas.
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