Educado en Yale , encarcelado en China y activista que ha ayudado a los desertores norcoreanos… o mercenario o espía. De todas esas maneras ha sido descrito el mexicano Adrián Hong Chang , quien lideró, en febrero pasado, el asalto a la embajada norcoreana en Madrid .

Fuentes policiales a las que tuvo acceso el diario español El País aseguraron que Hong es un “mercenario de origen norcoreano” , de 35 años, que tiene la nacionalidad mexicana y residencia en Estados Unidos. Las mismas fuentes aseguran que es “dueño de varias empresas de dudosa reputación” y que además “mantiene contactos con diversos servicios de inteligencia”, incluyendo la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA).

De acuerdo con el juez de la Audiencia Nacional José De la Mata , quien lleva el caso, Hong contactó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) para ofrecerles el material obtenido del asalto, incluyendo discos duros de las cámaras de seguridad y otra información sensible.

Se investiga, además, si Hong está ligado con incidentes violentos contra los intereses norcoreanos en otros países.

Hasta ahí es el retrato que tienen de él las autoridades españolas.

Activistas y desertores lo describen distinto.

Su nombre aparece como cofundador, en 2005, de Liberty in North Korea (LiNK) , un grupo dedicado a rescatar a refugiados norcoreanos. Sin embargo, Hannah Song , directora de LiNK , aseguró a la agencia Associated Press (AP) que hace más de 10 años que Hong no está ya relacionado con la organización y que “no tenemos conocimiento de sus actividades recientes”.

Hong

es conocido por su trabajo ayudando a norcoreanos a escapar del país y asentarse en Corea del Sur y otras partes. LiNK dijo que ha ayudado a más de mil norcoreanos a escapar.

Otros activistas y desertores norcoreanos dijeron que Hong fue arrestado en China brevemente en la década del 2000 debido a su trabajo.

Kang Chol-hwan

, un prominente desertor y activista norcoreano, dijo, según AP , que tenía una relación estrecha con Hong y que le ayudó con LiNK . Ex recluso en el notorio campo de prisioneros de Yodok , en Corea del Norte , Kang afirmó que Hong visitó Seúl y protestó contra los que consideró simpatizantes del Norte y contra el silencio sobre los problemas de derechos humanos en el país vecino.

El desertor contó que vio por última vez a Hong hace unos cinco años y que éste quería “unir a las fuerzas antigobierno [en Corea del Norte ] y derrocar al gobierno desde dentro”. Kang dijo que Hong incluso viajó a Libia para estudiar la caída del dictador Muamar Gaddafi para explorar formas de derrocar el gobierno norcoreano.

Kang

piensa que Hong dirige el grupo Cheollima , que se atribuyó el asalto a la legación norcoreana y que recientemente declaró en su página web un “gobierno en el exilio”.

“Él tiene una gran capacidad de organización por su experiencia estableciendo LiNK ”, dijo Kang . “Es un tipo muy inteligente”.

El desertor y activista Heu Kang Il , que conoció a Hong en el 2005, dijo que lo recuerda como un “joven apasionado”.

Hong

no ha sido, tampoco, una voz invisible. Existen escritos con su nombre y, en un testimonio ante el Senado de Canadá , en 2016, habría dicho: “ Corea del Norte no es un país normal con un gobierno que busque proteger y servir a sus ciudadanos. Es un régimen totalitario brutal, gobernado por una familia real y con una clase de vasallos, ambos en concierto tenue. No le preocupa el bienestar de su pueblo”.

En un editorial en el periódico estadounidense The Christian Science Monitor en 2014, Hong dijo que la comunidad internacional debe apoyar “los esfuerzos para fortalecer una oposición significativa y una sociedad civil en el país, entrenando a los exiliados para asumir un día papeles de liderazgo, educando a los refugiados más jóvenes y creando programas más robustos para ayudar a los desertores a ajustarse a la vida en el exterior”.

"Una clase de tecnócratas norcoreanos debe ser capaz de estabilizar y reconstruir el país”, escribió.

Las fuentes policiales españolas aseguraron a El País que fue Hong quien reclutó a los 9 asaltantes que lo acompañaron, en su mayoría surcoreanos con residencia en Estados Unidos , y que estaban entrenado en estrategia y acciones militares, por lo que no dudan que la mano de los servicios de inteligencia de EU , adonde huyó Hong tras el atraco, esté detrás.

agv

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