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Clérigo rigorista, el ultraconsevador Ebrahim Raisi , de 60 años, ganó las elecciones presidenciales de Irán , es un aliado cercano del ayatola Alí Khamenei y un hombre cuestionado en materia de derechos humanos.
Raisi
fue declarado el sábado ganador, en primera vuelta, de unos comicios en los que no pudieron presentarse sus principales adversarios. Obtuvo 61.95% de votos.
Jefe de la autoridad judicial, Raisi es conocido por su carácter antiOccidente, en general, y antiestadounidense, en particular, aunque en la campaña afirmó que su prioridad será el levantamiento de sanciones estadounidenses, lo que podría contribuir a recuperar el Acuerdo Nuclear.
Raisi
, un hoyatoleslam (rango inferior al de ayatolá en el clero chiíta), centró su campaña en dos de los temas que afectan más al país: pobreza y corrupción.
A nivel exterior, Raisi , nacido en noviembre de 1960 en la ciudad de Mashad, tiene una imagen negativa. Activistas de derechos humanos lo acusan de haber formado parte, en 1988, de lo que se llamó “panel de la muerte”, que supervisó la ejecución de hasta 5 mil presos políticos.
Desde 2019, Estados Unidos le impuso sanciones y figura en la lista negra de responsables iraníes considerados como cómplices de “graves violaciones de los derechos humanos”.
El sábado, tras darse a conocer su triunfo, Amnistía Internacional reclamó que en vez de nombrarlo presidente, Raisi debería ser investigado por crímenes contra la humanidad.
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Cuestionado sobre este episodio, el iraní negó haber estado implicado, pero celebró que el entonces ayatolá Ruhollah Khomeini diera la orden de esa “purga”.
La polémica en torno a Raisi va más allá de lo ocurrido en 1988. Como jefe de la autoridad judicial, intensificó la represión de la disidencia.
Partidario de la mano dura frente al “Movimiento Verde”, creado contra la reelección de Mahmud Ahmadineyad en las presidenciales de 2009, declaró en aquel entonces: “A quien nos hable de 'compasión islámica y de perdón', le respondemos: vamos a seguir enfrentándonos a los alborotadores hasta el fin y eliminaremos de raíz la sedición”.
Raisi
comenzó su carrera judicial muy temprano: a los 20 años, fue nombrado fiscal general de Karaj, cerca de Teherán. Entre 1989 y 1994, fue fiscal general de Teherán; de 2004 a 2014, fue jefe adjunto de la Autoridad Judicial. Desde 2014 es el fiscal general del país.
Conocido por su barba y gafas, su turbante negro que lo identifica como “seyyed” (descendiente de Mahoma), Raisi es miembro de la dirección de la Asamblea de Expertos, que se encarga de nombrar al guía supremo.
Su historial hace temer por una mayor represión de la disidencia en Irán . Casado, don dos hijas ya tituladas, es visto, también, como posible sucesor de Khamenei, quien a sus 82 años es el Guía Supremo de Irán y quien realmente toma las decisiones en el país.
Con información de Agencias
agv