Fue comandante de las FARC, apoyó en un principio el proceso de paz que lo llevó al Congreso de Colombia y finalmente murió en la clandestinidad tras haber regresado a la lucha armada.
Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, murió este lunes en territorio venezolano, según dijo el grupo disidente de las FARC al que pertenecía el comandante guerrillero.
Sin embargo, ni el gobierno de Colombia ni el de Venezuela confirmaron la noticia.
Después de estudiar Derecho, se incorporó al movimiento armado en 1991 y fue subiendo poco a poco en el escalafón de las FARC. Se mantuvo sublevado en armas hasta 2016, cuando se firmó el acuerdo de desarme con el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos.
Pero en 2019 retomó las armas junto a su compañero Iván Márquez.
Santrich estaba buscado por la Interpol a pedido de Colombia y también Estados Unidos había emitido una orden de extradición por delitos vinculados al narcotráfico.
Santrich ya había estado detenido en Colombia desde el 9 de abril de 2018 hasta el 30 de mayo de 2019.
Su liberación entonces se produjo en medio de una larga controversia entre las instituciones judiciales colombianas y el rechazo del gobierno de Iván Duque.
El exguerrillero accedió poco después al Congreso colombiano gracias al acuerdo de paz de 2016, que estableció que el entonces partido político Fuerza Alternativa Revolucionario del Común (ahora llamado Comunes) se beneficiaría de manera automática con 10 escaños para el periodo 2018-2022.
Sin embargo, poco después de asumir, a mediados de junio de 2019, desapareció y su paradero hasta ahora era desconocido, aunque el gobierno de Colombia insistía en que estaba en Venezuela y que contaba con la protección de Nicolás Maduro.
Era uno de los excomandantes de las FARC protagonistas de las negociaciones de La Habana para el fin del conflicto armado.
Seuxis Paucias Hernández Solarte estuvo 25 años en la exguerrilla, a la que ingresó con 27 años.
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Eligió Jesús Santrich como nombre de guerra en homenaje a uno de sus mejores amigos, que murió asesinado.
Perdió la vista hace una década debido a una enfermedad degenerativa que se le detectó desde la juventud.
Firmado el pacto de desarme a finales de 2016, Santrich se sometió a la Justicia Especial Para la Paz (JEP), un tribunal especial para juzgar los delitos cometidos durante el conflicto armado.
Ese régimen especial otorgaba penas reducidas y garantía de no extradición a militares, guerrilleros y otros involucrados en la guerra de cinco décadas que protagonizaron el Estado colombiano y las FARC.
El acuerdo señalaba que cualquier otro delito cometido después de la fecha de la firma (1 de noviembre de 2016) debe pasar directamente a la justicia ordinaria.
Ese fue el argumento que usó la Fiscalía a la hora de detenerlo en abril de 2018.
La entidad señaló que el exguerrillero intentó enviar cocaína entre 2017 y 2018, por lo que ya no podía gozar de ningún fuero especial y podía ser extraditado.
Santrich tenía tal relevancia que, tras esa detención en 2018, otros excomandantes amenazaron con romper el tratado de paz si se llegaba a consumar su entrega a Estados Unidos.
Desde ese momento se comenzó a debatir qué institución tenía la competencia de llevar su caso, la Fiscalía General de la Nación o la Jurisdicción Especial para la Paz.
A principios de mayo de 2019, la JEP se declaró competente para atender el caso Santrich y congeló su orden de extradición.
A partir de ese momento comenzó un tira y afloje con la Fiscalía que incluyó una fugaz liberación de prisión y su recaptura apenas unos minutos después debido a una segunda acusación de narcotráfico.
Finalmente la Corte Suprema intervino en la controversia al reconocer la condición de congresista de Santrich y disponiendo su liberación.
Además del conflicto entre las instituciones judiciales colombianas, otros actores de la política de ese país intervinieron en la controversia.
En numerosas ocasiones, el presidente Iván Duque lamentó la liberación de Jesús Santrich e incluso llegó a pedir que la decisión fuera apelada.
"¿Cómo puede uno pretender que tengamos un mafioso posesionándose como congresista?", criticó entonces Duque, quién pidió a la Procuraduría de su país que suspendiera al parlamentario.
Estados Unidos lamentó que se impidiera así la entrega del guerrillero.
La acusación contra Santrich en Estados Unidos establecía que los delitos por los que se lo acusa se produjeron después de la firma del acuerdo de paz.
La desaparición posterior de Santrich dio mayor fuerza a aquellos que criticaron su liberación e investidura como congresista.
En los diálogos de paz celebrados en La Habana formó parte del equipo negociador de las FARC y se caracterizó por representar a la línea más dura e intransigente de la guerrilla.
Parcialmente ciego por un problema degenerativo, el síndrome de Leber, que afecta a los nervios ópticos, Santrich siempre aparecía usando gafas negras y una Kufiyya (pañuelo palestino) sobre sus hombros.
Así fue como se dio a conocer cuando el Gobierno y las FARC estaban en la fase previa de las negociaciones en Oslo.
En esa ocasión, al ser preguntado por si las FARC estaban dispuestas a pedir perdón a sus víctimas, respondió en tono burlón con la letra del bolero "quizás, quizás, quizás", agarrado de su amigo Iván Márquez, jefe del equipo negociador de la guerrilla.
Justamente el pasado jueves la Corte Suprema de Justicia de Colombia había aprobado la extradición a Estados Unidos de Santrich "porque, entre otras razones, las conductas de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes que le son imputadas en el extranjero carecen de connotación política".
El 29 de junio de 2019 se escabulló de sus escoltas y su rastro se perdió hasta que dos meses después apareció en un video con Iván Márquez anunciando que abandonaban el acuerdo de paz para volver a la clandestinidad.
En esa declaración, Santrich criticó al Estado colombiano por haber "traicionado" lo pactado entre las FARC y el gobierno y acusó al presidente Duque de desconocer "que el acuerdo se firmó".
Duque fue un blanco de sus esporádicas declaraciones en los últimos dos años.
"'Memento mori', Duque. A Procusto le llega su Teseo, es decir que a todo marrano gordo le llega su diciembre", dijo Santrich en un video grabado el 13 de febrero. El mandatario respondió: "No temo a amenazas de delincuentes".
El grupo disidente de las FARC al que pertenecía Santrich dijo este martes que había muerto en una operación de comandos del Ejército colombiano en Venezuela.
Pero el gobierno de Colombia no confirmó la noticia, con lo cual queda por verse si realmente el jefe guerrillero murió o si se trata de una estrategia de su entorno para sacarlo de escena ahora que la Corte Suprema autorizó su extradición a Estados Unidos.
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