Washington.— Al disiparse el sueño de la gran marea roja, los republicanos hacían una evaluación de qué fue lo que pasó, mientras el presidente Joe Biden dijo que los demócratas tuvieron una “noche fuerte”.
Los republicanos se acercaban el miércoles a una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes, mientras que el control del Senado dependía de una serie de reñidas contiendas.
Cualquiera de los partidos podría asegurar una mayoría en el Senado con victorias tanto en Nevada (cuyo resultado podría tardar hasta el fin de semana), como en Arizona, pero había una gran posibilidad de que, por segunda vez en dos años, la mayoría del Senado pudiera llegar a una segunda vuelta en Georgia el próximo mes, el 6 de diciembre, con el senador demócrata Raphael Warnock y Herschel Walker sin obtener suficientes votos para ganar.
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Además, incluso si el Partido Republicano finalmente gana la Cámara Baja, no será por un margen tan grande como durante otros ciclos intermedios.
Una pequeña mayoría en la Cámara de Representantes representaría un gran desafío para el Partido Republicano y especialmente para Kevin McCarthy, quien está en línea para ser presidente del órgano y tendría poco margen de error al navegar en una cámara de miembros ansiosos por aprovechar sus votos para avanzar en su propia agenda.
El control del Congreso será un factor clave para determinar el futuro de la agenda de Biden y servirá como referéndum sobre su administración, mientras la nación se tambalea por la inflación récord y las preocupaciones sobre la dirección del país.
Una mayoría republicana en la Cámara de Representantes probablemente desencadenaría una serie de investigaciones sobre Biden y su familia, amenazas que el mandatario calificó de “comedia”, mientras que una toma de poder del Partido Republicano en el Senado obstaculizaría la capacidad del presidente para hacer nombramientos judiciales.
Los demócratas, sin embargo, vieron buenos resultados de los candidatos que priorizaron la protección del derecho al aborto. El partido ganó las carreras de gobernadores en Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, campos de batalla críticos para la victoria de Biden en 2020 sobre Donald Trump. Pero los republicanos se aferraron en Florida, Texas y Georgia.
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“Buen día para la democracia”
Biden ofreció una conferencia de prensa el miércoles en la Casa Blanca: “Nuestra democracia ha sido puesta a prueba en los últimos años, pero con sus votos el pueblo estadounidense ha hablado y demostrado una vez más que la democracia es lo que somos”, dijo el mandatario. “Si bien la prensa y los expertos predijeron una ola roja gigante, no sucedió”, declaró.
Reconoció que muchos estadounidenses siguen desalentados por el rumbo del país. Dijo que estaba dispuesto a comprometerse con los republicanos ante la probabilidad de un gobierno dividido en Washington, pero se comprometió a mantener el rumbo de su agenda, prediciendo que los resultados reivindicarán sus decisiones. Cuestionó si los estadounidenses realmente quieren los cambios importantes que piden algunos republicanos, como mantener el Seguro Social o Medicare.
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