París.- Las declaraciones del ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, acerca de que el futbolista Karim Benzema tiene vínculos con los Hermanos Musulmanes, generaron este miércoles polémica en el país tras pasar inadvertidas en un primer momento.
"El señor Benzema tiene vínculos, todo el mundo lo sabe, es notorio, con los Hermanos Musulmanes", aseguró Darmanin en la noche del lunes en el canal televisivo Cnews.
El ministro había sido previamente preguntado por el mensaje que el exjugador del Real Madrid había colgado en las redes sociales de apoyo al pueblo palestino, que contrastaba con su silencio en lo referente a los ataques terroristas de Hamas contra Israel del pasado día 7.
Darmanin consideró que jugadores de la fama de Benzema "tienen una responsabilidad" e influencia sobre la juventud que podían haberle llevado a ser más ecuánime.
Pero fue más tarde, cuando respondía a una cuestión sobre las acciones de su gobierno para contrarrestar el terrorismo yihadista en territorio francés, cuando Darmanin lanzó su acusación contra el futbolista.
"Desde hace semanas me intereso particularmente (...) en los Hermanos Musulmanes", dijo el ministro, que en ese momento aludió a los supuestos vínculos de Benzema con ese grupo islamista, reconocido como terrorista por Arabia Saudita, país en el que ahora juega el exmadridista.
Este miércoles, fuentes del Ministerio del Interior justificaron la acusación lanzada por Darmanin en varias acciones del jugador que constituyen "una deriva hacia un islam duro, riguroso, característico de la ideología" de los Hermanos Musulmanes "que consiste en difundir normas islámicas en diferentes espacios de la sociedad, sobre todo en el deporte".
Youssef al-Qaradawi, un clérigo egipcio que era visto como el líder espiritual de la Hermandad Musulmana y se convirtió en la “voz de la revolución” islamista durante los levantamientos populares en todo el mundo árabe hace más de una década, murió en 2022 a los 96 años.
Sus críticos lo acusaron a él (y a la Hermandad) de ocultar el extremismo detrás de una retórica moderada.
Esa ideología se puso a prueba sobre el terreno en las revueltas de la Primavera Árabe de 2011, cuando el autócrata egipcio Hosni Mubarak fue derrocado y terminó desastrosamente.
La Hermandad llegó al poder en las elecciones posteriores, las más libres jamás celebradas en Egipto. Pero las medidas de la Hermandad alimentaron los temores de los oponentes de que el grupo pretendía monopolizar el poder. Después de gigantescas protestas, el ejército derrocó a los Hermanos Musulmanes en 2013 y los aplastó con una sangrienta represión. El gobierno posterior del presidente Abdel Fattah el-Sissi ha sido criticado por grupos de derechos humanos por ser más autocrático que el de Mubarak.
El derrocamiento del gobierno por parte de los militares fue seguido por una represión en la que cientos de miembros de la Hermandad fueron asesinados y miles arrestados. Egipto prohibió a la Hermandad como grupo terrorista.
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La Hermandad fue fundada en 1928 por el erudito islámico Hassan al-Banna como un movimiento religioso, social y caritativo panislámico con el mensaje central "El Islam es la solución".
Fue prohibido en Egipto en 1954, existiendo a partir de entonces en una zona legal gris, particularmente después del gobierno de Anwar Sadat . Las acusaciones contra los Hermanos Musulmanes incluyen su presunto papel en la formación de Hamas, un grupo terrorista reconocido involucrado en conflictos con Israel.
Acrónimo del Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas fue fundado como una rama de los Hermanos Musulmanes en 1987 sobre tres pilares: religión, caridad y lucha contra Israel, aunque podría decirse que su primer enemigo fue Fatah, la facción palestina rival de Yasser Arafat, mencionó Peter Beaumont, quien fue corresponsal de The Guardian en Jerusalén entre 2014 y 2018. Durante un período de dos décadas, entrevistó a varios altos líderes de Hamas, incluidos los fundadores Sheikh Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantissi
Al negarle durante mucho tiempo un papel en la política dominante egipcia, los Hermanos Musulmanes aparecieron como una fuerza popular importante en el país musulmán conservador después de las protestas masivas.
Luego obtuvo victorias en las urnas que impulsaron a miembros de su aliado Partido Libertad y Justicia al parlamento y a Morsi a la presidencia.
Sin embargo, su gobierno pronto fue criticado por su percibida incompetencia, lo que provocó aún más protestas callejeras, incluso cuando sus defensores culparon a la obstrucción de una burocracia hostil y del sector de seguridad.
El breve gobierno de Morsi terminó con su derrocamiento en 2013 por Sisi, cuyas fuerzas de seguridad dispersaron violentamente una sentada de protesta en apoyo a Morsi que dejó unas 800 personas muertas.
Human Rights Watch calificó la represión de la sentada de Rabaa como una "masacre" y una de "las mayores matanzas de manifestantes en un solo día en la historia reciente".
Altos dirigentes de la Hermandad y miles de miembros han sido encarcelados o han huido a Qatar y Turquía.
Mientras tanto, los aliados de Egipto en el Golfo, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, prohibieron a la Hermandad como terroristas, profundizando una brecha con Ankara y Doha.
Los Hermanos Musulmanes también tienen vínculos y raíces en Marruecos, Algeria, Túnez, Turquía, Irak, Jordania, Yemen, Líbano y Palestina.
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La Hermandad ha atravesado "una perturbación sin precedentes en todos los niveles", afirmó el politólogo Kamal Habib.
"La relación del régimen actual con la organización se ha convertido en una batalla existencial. Ya no es sólo una disputa política".
Habib argumentó que el año del grupo en el poder "sacudió su imagen" y puso al descubierto su "incapacidad para gobernar".
El grupo había dependido en gran medida de su legado histórico, pero "este antiguo legado ya no se adapta a la generación moderna", afirmó.
El investigador libanés sobre Medio Oriente Hadi Wahab argumentó que durante su breve gobierno, los Hermanos no lograron "presentar un proyecto económico o político alternativo".
Después de que Joe Biden ganara las elecciones presidenciales estadounidenses contra el aliado de Sisi, Donald Trump, la Hermandad instó a Washington a "revisar las políticas de apoyo a las dictaduras".
Sin embargo, los analistas no creían que la administración Biden cambiara el status quo en Egipto.
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