Un avión de bandera venezolana que llevaba tripulantes venezolanos e iraníes y que desde la semana pasada permanece inmóvil en el aeropuerto internacional de Ezeiza, en Argentina, está en el centro de una misteriosa polémica que ha cobrado interés internacional.
Se trata de un Boeing 747 de la aerolínea venezolana Emtrasur, que fue retenido por las autoridades argentinas el 8 de junio tras quedar varado por falta de combustible.
El avión había arribado a Buenos Aires el día 6 y dos días más tarde tenía previsto ir a Montevideo, pero Uruguay le denegó acceso a su espacio aéreo, por lo que debió regresar al aeropuerto argentino, donde fue retenido.
Los 14 tripulantes venezolanos y cinco iraníes que viajaban a bordo fueron hospedados en un hotel de la capital argentina, y a los iraníes se les retuvo el pasaporte, mientras la justicia investiga una serie de presuntas irregularidades que han levantado sospecha.
Aquí te contamos qué se sabe hasta ahora.
La aerolínea Emtrasur, con sede en Caracas, registró el avión como parte de su flota en enero.
Pero antes, durante 15 años, el Boeing 747 operó para la compañía iraní Mahan Air.
"La propiedad del Boeing 747 retenido en Argentina no tiene nada que ver con Mahan Airlines", dijo Amir Hossein Zolanvari, un portavoz de esa aerolínea, en declaraciones a la agencia iraní IRNA citadas por el servicio persa de la BBC.
El funcionario aseguró que la propiedad de la aeronave fue transferida a la empresa venezolana y que no se trataba de un arrendamiento como han sugerido algunas fuentes no iraníes.
Emtrasur es una compañía filial del estatal Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa).
Tanto Conviasa como Mahan Air están sancionadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros y Sanciones del Departamento del Tesoro de EE.UU (OFAC).
El avión fue construido hace 36 años y en la actualidad está registrado con las siglas YV3531, correspondientes a aeronaves venezolanas.
De acuerdo con el sitio especializado en aeronáutica Planespotters.net, anteriormente estaba registrado a nombre de Mahan Air con las siglas EP-MND.
En septiembre de 2012, la OFAC emitió un comunicado en el que informaba sobre la inclusión de una aeronave de Mahan Air con esas siglas en su lista de bienes sometidos a sanciones.
Sobre Mahan Air recaen numerosas sospechas de tener vínculos con la Fuerza Quds, un poderoso brazo paramilitar de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC).
Estados Unidos acusa a Mahan Air de transportar cargas militares en aviones civiles, y en 2011 impuso sanciones para quienes operen con la aerolínea iraní.
En mayo de 2020, el departamento del Tesoro de Estados Unidos denunció la existencia de vuelos chárter de Mahan Air hacia Venezuela que supuestamente trasladaban a personal iraní, equipos técnicos y otros materiales que eran usados y pagados por el gobierno de Nicolás Maduro, a quien Washington no reconoce como presidente legítimo de Venezuela.
Además de las sospechas sobre el avión, en Argentina también se investiga por qué había cinco iraníes entre la tripulación.
La prensa argentina ha señalado que a las autoridades de ese país les llamó la atención el hecho de que la tripulación de la aeronave era "más del doble" de lo requerido.
Este lunes, el ministro de Seguridad de Argentina, Aníbal Fernández, informó en declaraciones a la emisora radio Perfil que el nombre de uno de los tripulantes iraníes, Gholamreza Ghasemi, "coincide" con el de un miembro de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
El diputado Gerardo Milman, de la coalición opositora Juntos por el Cambio, presentó un pedido de informes a la Cámara Baja y luego una denuncia ante la justicia para que se investiguen "los comportamientos presumiblemente anómalos" que realizó el vuelo.
En declaraciones al diario La Nación, el legislador dijo que la aeronave "apagó el transponder, que es como un GPS del avión, en su vuelo Córdoba-Buenos Aires".
Además, afirmó que el avión venía de hacer escala en Ciudad del Este, "donde había 29 pasajeros y 10 se quedaron en esa ciudad".
Según Milman, entre esos pasajeros había uno que tenía el mismo apellido que el ministro de Interior de Irán [Ahmad Vahidi], quien se encuentra acusado ante la justicia de Argentina como "autor intelectual del atentado a la AMIA", ocurrido el 18 de julio de 1994, cuando un auto comba se estrelló contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina, causando 85 muertos y 300 heridos.
"Estos aviones llevan 4 o 5 personas, son de carga. Con 30, como tenía en Ciudad del Este, o 19, como llegó a Buenos Aires, van a pérdida. No hay casualidades; habría una operación de la inteligencia venezolana y la inteligencia iraní en territorio argentino", afirmó el legislador.
La aeronave detenida está configurada como un avión de carga y, al parecer, en su interior transportaba autopartes y otros componentes para vehículos. Concretamente: componentes destinados a la producción de paneles de instrumento y asientos para la camioneta Taos, de la marca Volkswagen.
Sin embargo, tanto SAS Automotriz SA, la compañía que adquirió esas autopartes, como la empresa Volkswagen Argentina emitieron comunicados en los que se desvinculaban del vuelo de Emtrasur.
En el caso de Volkswagen, señaló que adquiere esas piezas directamente de SAS Automotriz SA, mientras que esta compañía de autopartes afirmó que había encargado el envío de estos componentes procedentes de Querétaro (México) a Forwarder Fracht USA, una compañía internacional de servicios logísticos.
"La relación entre Forwarder y la compañía aérea para que las mencionadas piezas lleguen a la Argentina es algo que SAS Automotriz Argentina SA desconoce y no tiene relación alguna", indicó la empresa en un comunicado citado por la prensa argentina.
Según la información divulgada hasta ahora, la aeronave detenida transportaba a 19 personas: 14 venezolanos y 5 iraníes.
El ministro de Seguridad argentino, Aníbal Fernández, dijo este lunes que al momento de ingresar a Argentina inicialmente no existían alertas rojas ni ningún tipo de medida similar en contra de ninguno de los tripulantes.
Agregó que posteriormente el gobierno argentino recibió información de organismos internacionales que advertían sobre "la pertenencia de parte de la tripulación a empresas relacionadas con las Fuerzas Quds", una división de la Guardia Revolucionaria Islámica.
En un principio, les fueron retirados los pasaportes a todos los tripulantes, aunque se les habría otorgado un permiso para permanecer en Argentina y hospedarse en un hotel.
El viernes pasado se autorizó la devolución de los pasaportes a los venezolanos, quienes están en libertad para "subirse a un avión de línea e irse sin ningún inconveniente", según el ministro Fernández.
En el caso de los cinco pasajeros iraníes la situación es distinta.
Este lunes, el juez federal Federico Villena ordenó que se mantengan bajo custodia los pasaportes de los cinco tripulantes iraníes durante 72 horas más. De acuerdo con la prensa local, previamente el magistrado había ordenado la toma de huellas dactilares de estas personas.
Los iraníes fueron identificados en la orden judicial como Mohammad Khosraviarag, Gholamreza Ghasemi, Mahdi Mouseli, Saeid Vali Zadeh y Abdolbaset Mohammadi.
Horas después de que se conoció la decisión del juez Villena, la fiscal federal Cecilia Incardona solicitó investigar a estos cinco iraníes por posibles vínculos con el terrorismo.
La funcionaria también pidió decretar el secreto de sumario del caso, decisión que fue acordada por el juez poco después.
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