La Corte Internacional de Justicia (CIJ) anunció este martes que el gobierno de México solicitó intervenir en el caso iniciado por Sudáfrica contra Israel ante la corte por genocidio, derivado de la guerra en Gaza. ¿Qué implicaciones tiene la decisión mexicana?
México alega que busca intervenir “con el fin de proporcionar su opinión sobre la posible interpretación del contenido de las disposiciones de la Convención relevantes para este caso”, que se inició el pasado 29 de diciembre, cuando Sudáfrica acusó a Israel de violar la Convención sobre el Genocidio con sus acciones en Gaza, iniciadas tras el ataque de Hamas en Israel el 7 de octubre, que dejó más de mil 100 muertos y cientos de secuestrados.
Israel respondió con una ofensiva que hasta el momento deja unos 36 mil muertos, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamas.
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Tras la solicitud mexicana, la Corte debe invitar a Sudáfrica, como demandante, e Israel, como demandado, a presentar sus observaciones escritas sobre la solicitud de México.
Cabe señalar que México no es el primer país en solicitar su intervención, del lado de Sudáfrica. Nicaragua, Colombia, Jordania, Bangladesh e Irlanda también han expresado la misma intención.
Y ahí radica la importancia de esta decisión mexicana, que se sale de la tradición de no injerencia postulada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Se trata, ante todo, de una medida de presión hacia Israel, en momentos en que el país no ha cumplido con las medidas cautelares emitidas por la CIJ, a pesar de ser éstas vinculantes.
Como parte de la ONU, Israel está obligado a respetar las medidas que dicte la CIJ –principal órgano judicial de la ONU- y a mostrar cómo las está cumpliendo, algo que hasta ahora no ha ocurrido.
Del lado de Israel, Alemania, por ejemplo, ha insistido en señalar que las acciones israelíes en la actual guerra con Gaza no constituyen genocidio.
México basa su solicitud de intervención en el artículo 63 de la CIJ, que señala que, cuando un litigio tiene que ver con la interpretación de una convención, como en este caso la del genocidio, cualquier Estado notificado “tendrá derecho a intervenir en el proceso”.
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¿Qué argumenta México en apoyo de Sudáfrica?
Israel alega que la ofensiva en Gaza no constituye genocidio y se enmarca en acciones de guerra. México, en su solicitud, argumenta que “el genocidio también puede perpetrarse en el contexto de conflictos armados, y que la vulnerabilidad de las poblaciones civiles en tales situaciones, así como la permisibilidad del uso de la fuerza, pueden ser utilizadas para intentar justificar atrocidades y facilitar los medios para cometer genocidio”.
Se suma así a la argumentación de Sudáfrica, que asegura que Israel ha demostrado “un patrón de conducta genocida”, perpetrando una “matanza que no es otra cosa que la destrucción de la vida palestina. Se inflige, deliberadamente, no se perdona a nadie, ni siquiera a los recién nacidos”.
México subraya que, en este contexto, resulta fundamental “reconocer y probar” la intencionalidad de las acciones israelíes.
En este marco, México alega que es clave revisar la negativa israelí a permitir el acceso a la ayuda humanitaria en Gaza, algo que Israel rechaza, señalando que sí la ha permitido. México afirma que la negativa israelí “crea condiciones de vida calculadas para causar un grave daño corporal y mental a los miembros de un grupo (los palestinos), así como para provocar su destrucción física parcial o total”. Incluso menciona la destrucción del “patrimonio cultural” como una condición que busca, al final de cuentas, la destrucción de los palestinos.
La solicitud mexicana fortalece así la demanda sudafricana y se convierte en un nuevo factor de presión de Israel, tras la orden –incumplida hasta ahora- emitida por la CIJ para detener la ofensiva militar en Rafah, evitar la “destrucción física, total o parcial” de los palestinos, como grupo protegido bajo la Convención sobre el Genocidio, y “tomar medidas efectivas para asegurar la entrada sin impedimentos” de la ayuda humanitaria.
También es un factor de presión para que otros países se sumen a esta demanda sudafricana, en aras de lograr que Israel adopte un cese el fuego al que hasta ahora ha sido renuente. Queda por ver cuál será la reacción israelí a la postura mexicana.
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