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La tercera visita de Volodimir Zelensky a Estados Unidos este martes fue muy distinta a las anteriores.
Cuando el líder ucraniano llegó a Washington el año pasado, se le recibió con aplausos en una sesión conjunta del Congreso y una recepción con alfombra roja en la Casa Blanca.
Poco después, Estados Unidos aprobó un paquete de ayuda de 50 mil millones de dólares para apoyar los esfuerzos de Ucrania para recuperar su territorio al comienzo de la invasión rusa, en febrero de 2022.
Esta vez el recibimiento fue muy diferente. Tuvo una sesión con senadores estadounidenses a puerta cerrada y un encuentro privado con el presidente republicano de la Cámara, Mike Johnson.
Zelensky tenía la esperanza de poder persuadir al Congreso de aprobar un nuevo paquete de ayuda militar de 60 mil millones de dólares, antes de que se agote la cantidad que actualmente está aprobada.
Sin esta nueva ayuda, le dijo Zelensky a los legisladores, Ucrania está en un verdadero riesgo de perder la guerra que libra contra Rusia, un adversario más fuertemente armado.
Su homólogo estadounidense, Joe Biden, también habló sobre la urgencia de la ayuda para Ucrania.
Pero al final del día, los esfuerzos de ambos mandatarios dejaron poco que mostrar. Y la ayuda quedó estancada en medio de una pelea entre demócratas y republicanos por la seguridad en la frontera.
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Una negociación local
Biden había solicitado la nueva ayuda a Ucrania como parte de un paquete de financiación de emergencia más amplio que incluye también fondos para Israel y para la seguridad fronteriza de Estados Unidos.
Los republicanos están tratando de utilizar ese pedido para lograr regulaciones más estrictas que limiten la migración en la frontera sur del país.
Biden y su equipo esperaban que Zelensky pudiera convencer a los republicanos de la necesidad de más ayuda para avanzar en su guerra contra Rusia.
Pero a pesar de que muchos legisladores parecieron estar de acuerdo en que las perspectivas del conflicto empeorarán sin más apoyo estadounidense, al final opinaron que la situación en la frontera estadounidense es un asunto más urgente de seguridad nacional.
"Lo admiro, pero no cambió mi opinión en absoluto sobre lo que tenemos que hacer", le dijo a la BBC el senador republicano Lindsey Graham de Carolina del Sur. "Sé lo que tiene que pasar para llegar a un acuerdo. Quiero asegurar nuestra frontera".
Durante una conferencia de prensa conjunta al final de un largo día de reuniones, tanto Zelensky como Biden intentaron darle un giro optimista a lo que parece ser un esfuerzo infructuoso.
El presidente estadounidense dijo que tenía esperanzas de que se encontrara una solución, pero agregó que no podía hacer promesas.
Y también declaró que no apoyar a Ucrania sería un regalo para el presidente ruso, Vladimir Putin.
“Putin confía en que Estados Unidos no cumpla con Ucrania”, dijo Biden. "Debemos, debemos, debemos demostrar que está equivocado".
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Fatiga de la guerra
Los expertos creen que las probabilidades de que el Congreso apruebe un paquete de asistencia para Ucrania antes de fin de año son cada vez más sombrías.
Las encuestas en ese país muestran que los estadounidenses están escépticos ante la posibilidad de extender ayuda financiera a Ucrania. Y un año de elecciones presidenciales sólo traerá más incertidumbre al respecto.
A pesar de que Estados Unidos ha proporcionado decenas de miles de millones de dólares en ayuda desde que comenzó la invasión en 2022, el máximo comandante militar, el general Valery Zaluzhny, dijo el mes pasado que la guerra había llegado a un punto muerto, ya que a pesar varias batallas mortales se han producido pocas ganancias territoriales.
“El optimismo en Occidente de hace un año, tras los éxitos iniciales de una contraofensiva ucraniana, prácticamente se ha evaporado”, dice Jonathan Beale, corresponsal de defensa de la BBC.
“Las grandes esperanzas puestas en la siguiente ofensiva de verano de Ucrania no han cumplido las expectativas. No ha logrado cumplir su objetivo de romper las principales líneas de defensa de Rusia en el sur”.
Jack Watling, del Royal United Services Intitute (RUSI), un centro de estudios de defensa basado en Londres, dice que lo que se espera ahora es que ésta será una guerra larga "que genera cansancio y cambia el cálculo o el riesgo de la gente".
Y no es sólo Estados Unidos el que está mostrando reservas ante la ayuda Ucrania.
Según el Instituto Kiel, que monitorea el apoyo económico a Ucrania, las promesas de nueva ayuda al país entre agosto y octubre de este año cayeron a su nivel más bajo desde enero de 2022.
De los 42 países donantes analizados, solo 20 han aprobado nuevos paquetes de ayuda durante ese periodo, casi un 90% menos que el año anterior.
“La mayoría de los partidarios de Ucrania, al menos en público, dicen que su determinación no ha disminuido”, señala Jonathan Beale. “Pero algunas naciones están luchando por igualar la escala de donaciones militares anteriores, con sus propios arsenales ya agotados”.
El impacto en las operaciones futuras
Pero ¿cuál será el impacto que tendrá la reducción en el suministro de ayuda en el campo de batalla?
Algunos analistas creen que hay pocas perspectivas de algún tipo de avance importante por parte de cualquiera de las partes en los próximos meses.
“Tanto Rusia como Ucrania están profundamente atrincheradas en posiciones defensivas y son sus operaciones ofensivas las que consumen la mayor cantidad de recursos”, dice el corresponsal de defensa de la BBC.
“Pero como Ucrania probablemente tendrá que racionar municiones en los próximos meses, existe la posibilidad de que la potencia de sus fuerzas se vea aún más erosionada”, agrega.
La falta de claridad sobre el apoyo militar estadounidense podría tener otra consecuencia.
Jack Watling, que acaba de regresar de Ucrania, dice que la incertidumbre sobre la ayuda ya está teniendo un grave impacto en la capacidad de Ucrania para planificar.
El experto de RUSI explica que el actual estancamiento en el Congreso estadounidense no solo está sofocando la capacidad de Ucrania para establecer sus próximos movimientos en el campo de batalla.
También tendrá un impacto negativo cuando intenten promocionar planes para generar más apoyo occidental.
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