El repentino ataque de Hamas contra Israel –el primero en su tipo- se produjo en un momento en el que la posibilidad de que Arabia Saudita normalice sus relaciones con Israel está sobre la mesa.
El reino saudita siempre ha enfatizado que este paso, y su reconocimiento de Israel, dependen de la implementación de la solución de dos Estados y de una respuesta justa al problema de los refugiados palestinos.
Pero la reciente aceleración de esta normalización, y el deseo de Riad de establecer una estrecha cooperación en materia de seguridad con Washington y de obtener su apoyo para su naciente programa nuclear con fines pacíficos, generó temores entre los palestinos, especialmente en Hamas, de que su causa sería ignorada en los nuevos acuerdos de seguridad y alianzas en la región.
Cualquiera que siga lo que ocurre en Medio Oriente se debe preguntar cómo el ataque de Hamás contra Israel y los bombardeos israelíes en Gaza pueden afectar el plan de normalización de las relaciones entre Arabia Saudita y el gobierno de Tel Aviv.
En 2020, Israel normalizó sus relaciones con Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, y reforzó sus vínculos con Marruecos y Sudán.
También se han llevado a cabo negociaciones entre Israel y Arabia Saudita, bajo mediación estadounidense, con el fin de normalizar las relaciones entre los dos países.
Llegar a un “acuerdo de paz histórico” con Arabia Saudita, como lo describió el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sería de gran importancia para su país, dado el peso político y económico del reino, así como su importancia simbólica en el mundo árabe e islámico.
Para el presidente estadounidense Joe Biden, que busca volver a postularse para un segundo mandato presidencial, el acuerdo constituiría una victoria diplomática para su campaña electoral de 2024.
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El pasado mes de septiembre el príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, dijo que la normalización de las relaciones con Israel estaba “cada vez más” cerca, aunque recordó la posición de su país que exige que cualquier acuerdo incluya el abordaje de los problemas de los palestinos.
Y añadió: "Esperamos que (las conversaciones con Israel) conduzcan a un resultado que facilite la vida a los palestinos y permita a Israel desempeñar un papel en Medio Oriente".
Se sabe que los acuerdos de normalización son objeto de una fuerte oposición de las facciones palestinas, encabezadas por Hamás.
Ismail Haniya, jefe del buró político de Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, dijo a los medios tras el ataque del sábado contra Israel: "Todos los acuerdos de normalización que ustedes han formado con esa entidad (Israel) no pueden resolver este conflicto (palestino)"
El grupo libanés Hezbolá también emitió declaraciones similares, describiendo el ataque de Hamás como un intento de recordar que "el problema palestino es una cuestión viva que no morirá hasta la victoria y la liberación".
Los observadores interpretaron las declaraciones de Hamás y Hezbolá como un mensaje dirigido a Arabia Saudita, Israel y Estados Unidos: la seguridad en la región no se logrará si se deja a los palestinos fuera de la ecuación.
Ahmed Abu Douh, miembro asociado del Real Instituto Británico de Relaciones Internacionales (Chatham House) y miembro no residente del centro de estudios Atlantic Council, dice que uno de los objetivos principales del ataque de Hamás “es frustrar los intentos del gobierno israelí de separar la paz regional, representada por los acuerdos de normalización, y la resolución de la cuestión palestina”.
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Tras el operativo de Hamás el pasado sábado, el Ministerio de Asuntos Exteriores saudita emitió un comunicado en el que pedía “un cese inmediato de la escalada entre las dos partes, la protección de los civiles y el autocontrol”.
También recordó sus "repetidas advertencias sobre los peligros de una explosión de la situación como resultado de la ocupación continua y la privación al pueblo palestino de sus derechos".
Un analista político saudita indicó en declaraciones a los medios que la posición expresada por Arabia Saudita puede tener como objetivo refutar las dudas de que el reino dará prioridad a la normalización a expensas del apoyo a los derechos de los palestinos.
Los medios sauditas citaron a un funcionario estadounidense que dijo que los recientes acontecimientos no descarrilarán las negociaciones de normalización, aunque admitió que al proceso le queda un largo camino por recorrer.
Muchos observadores creen que es difícil imaginar que las conversaciones avancen al mismo ritmo que hasta ahora, o que continúen, en medio de los acontecimientos que tienen lugar actualmente en los territorios palestinos e Israel.
Ahmed Abu Douh cree que "la batalla entre Hamás e Israel tendrá efectos profundos en las negociaciones de normalización. Hamás simplemente decidió derribar la puerta de la sala de negociaciones... Creo que el proceso, como mínimo, fue pospuesto o archivado".
Y añadió: "Si las demandas de Arabia Saudita para que Israel hiciera concesiones a los palestinos estaban al margen de las discusiones anteriores, como siempre afirma Netanyahu, hoy se han convertido en una parte central de cualquier negociación futura, les guste a todas las partes o no."
Es cierto que el ritmo de las negociaciones de normalización entre Israel y Arabia Saudita, que se llevan a cabo bajo el auspicio estadounidense, se ha acelerado recientemente, pero eso no quiere decir que no sean complejas o que no requieran de decisiones y concesiones difíciles de las tres partes.
Además del deseo declarado de Arabia Saudita de "hacer la vida más fácil a los palestinos", el reino quiere que Estados Unidos le ayude a desarrollar su incipiente programa nuclear pacífico, como informó la agencia de noticias Reuters citando fuentes regionales, que dicen que Riad quiere concluir un acuerdo de defensa conjunto con Washington que le garantice su protección si es atacado, dos demandas que no son bien recibidas por todos en suelo estadounidense ni en Israel.
Parece que los acontecimientos recientes aumentarán las complicaciones de los planes de normalización y prolongarán su duración. Se espera que la prioridad ahora del gobierno estadounidense sea apoyar a su aliado, Israel, después de los ataques.
Ahmed Abu Douh cree que el camino hacia la normalización dependerá “del tamaño de la respuesta israelí y del alcance temporal y espacial de los combates, especialmente si se expanden hasta incluir Cisjordania o continúan durante meses”.
Y añade que, en este caso, Riad tendrá que "esperar hasta el segundo mandato de Biden o a la llegada de un nuevo presidente a la Casa Blanca para reiniciar las negociaciones".
Antes del sábado, algunos pensaban que los pilares de lo que se describe como el “Nuevo Medio Oriente” estaban cerca de completarse. Pero el panorama ahora se ve diferente.
“Los combates en curso han demostrado algo que el gobierno de Biden se niega a asimilar, que es que la paz en Medio Oriente no se logrará mediante acuerdos de normalización con países distantes que no han luchado contra Israel antes, sin importar cuán importantes sean, si no se consigue una paz justa y global, y se abordan directa y seriamente las raíces de la lucha palestina", concluye Ahmed Abu Douh.
mcc