Fue en septiembre de 2006 cuando la mayoría de los guatemaltecos empezó a familiarizarse con el nombre de Alejandro Giammattei.
El ahora presidente electo de Guatemala llevaba poco menos de un año ejerciendo como jefe del sistema penitenciario del país centroamericano tras dos fallidas candidaturas a la alcaldía de la capital.
En la madrugada del 25 de septiembre se puso en marcha el operativo policial que años más tarde le costaría 10 meses de cárcel, pero también lo proyectó a nivel nacional.
Bautizado como "Operación Pavo Real", su objetivo declarado era recuperar el control de la Granja Penal de Pavón, ubicada en las afueras de Ciudad de Guatemala.
Según las autoridades, la cárcel llevaba varios años bajo el poder de unos reos que la utilizaban para operaciones criminales que les reportaban hasta US$100.000 anuales.
Y más de 3.000 efectivos de la Policía Nacional Civil, junto a efectivos del ejército y del sistema de prisiones, participaron en el operativo, coordinado por Giammattei, el ministro de Gobernación, Carlos Vielmann, y el jefe de la policía, Erwin Sperisen.
"Encontramos una fuerte resistencia, tenían granadas, fusiles de asalto, armas cortas y bombas molotov", relató el propio Giammattei, según uno de los reportes de la época.
"Cuatro tanquetas del ejército protegían de los ataques (…). La Policía consiguió tomar la torreta principal, con francotiradores que portaban mirillas telescópicas", detalla otro, que asegura que "la acción duró 90 minutos".
Lo que en su momento fue ampliamente descrito como "un enfrentamiento" se saldó con la muerte de siete reos, entre los que se destacaban varios líderes de la organización criminal que controlaba Pavón.
Y esa misma mañana Giammattei compareció ante los medios de comunicación para celebrar el éxito de la "Operación Pavo real", calificándola de "duro golpe" al crimen organizado.
En un país harto de crímenes y violencia, la sangrienta recuperación del presidio elevó a Giammattei, Vielmann y Sperisen a la categoría de héroes.
"Con la excepción obvia de los familiares de quienes murieron al enfrentarse a las autoridades, la acción realizada en la granja penal Pavón el lunes por fuerzas conjuntas de la policía y del ejército ha sido apoyada y sobre todo comprendida por la población", afirmaba, por ejemplo, un artículo publicado dos días después en el periódico Prensa Libre.
Así, cuando en vísperas de las elecciones presidenciales de 2007 un escándalo de corrupción y un accidente de tránsito dejaron al oficialismo sin candidatos, fue Giammattei quien recogió el testigo.
El candidato de la Gran Alianza Nacional destacó constantemente lo sucedido en Pavón durante la campaña, lo que le ayudó a conseguir el tercer puesto en las elecciones con un 17% de los sufragios.
Pero tres años después, la "Operación Pavo Real" haría pasar a Giammattei de héroe a villano.
La razón: el verdadero objetivo del operativo en Pavón no había sido "retomar el control" sino la ejecución extrajudicial de varios presidiarios, según una investigación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Como parte de la evidencia la Cicig presentó fotografías en las que se ve a uno de los reos muertos en el momento en que era capturado por las fuerzas del orden y luego al mismo hombre, ya cadáver, pero vestido de forma diferente y con un arma cuidadosamente posicionada a su lado.
Y, según la investigación, los cuerpos de los presos supuestamente muertos en un enfrentamiento también presentaban señales de tortura y heridas de bala desde corta distancia.
Suficiente para que el Ministerio Público acusara formalmente a Giammattei, Vielmann y Sperisen de asociación ilícita y ejecución extrajudicial y pidiera prisión preventiva para el ahora presidente electo de Guatemala.
En un primer momento, Giammattei trató de escapar a la orden de arresto refugiándose en la embajada de Honduras en Guatemala y pidiendo asilo en el vecino país centroamericano.
Pero el 13 de agosto de 2010 decidió entregarse a la justicia, declarándose "preso político".
En total, el futuro presidente guatemalteco estuvo bajo custodia casi diez meses: tres preso en la Brigada Militar Mariscal Zavala y luego bajo medida sustitutiva.
Pero en mayo de 2011, el Tribunal Primero de Alto Riesgo resolvió cerrar el caso en su contra, por falta de pruebas, lo que le permitió presentarse en las elecciones presidenciales de ese año.
En esos comicios, Giammattei vio reducirse significativamente su caudal de votos, con únicamente un 1,05% de los sufragios.
Pero cuatro años después lo volvió a intentar, quedando en cuarto lugar en las elecciones presidenciales de septiembre de 2015.
Para ese entonces, Giammattei ya había consignado su versión de los eventos de Pavón y del proceso en su contra en el libro "Relato de una injusticia".
"Su versión de los hechos es que el gobierno de Álvaro Colom quería quitarlo del medio para que no participara en la contienda electoral de 2011, en la que asegura que tenía posibilidades de ganar la presidencia", lo resume el portal Plaza Pública.
Y acusado de haber facilitado los nombres de los presos a los que había que ejecutar, ahí también afirma que "nunca participó en ninguna reunión ni conoció de listas negras de reclusos" y "que todo fue una invención de uno de sus subalternos".
Según Plaza Pública, en su libro Giammattei pone "en tela de juicio las declaraciones de todos los testigos de cargo presentados por la CICIG, aduciendo que el caso se construyó con base en mentiras dichas, en su mayoría, por reclusos que obtuvieron beneficios carcelarios a cambio de sus declaraciones".
En cualquier caso, lo ocurrido aquel 25 de septiembre de 2006 en Pavón parece haber conseguido que los hechos le hicieran más bien que mal a su carrera política, lo que no se puede decir de todos los involucrados en la "Operación Pavo Real".
Por ejemplo, el exjefe de la policía Nacional Civil, Erwin Sperisen, quien huyó a Suiza, fue condenado en ese país a 15 años de prisión por su complicidad en la ejecución extrajudicial de los siete reos.
Mientras que Giammattei, en buena medida gracias a su reputación de hombre duro contra los criminales, se apresta a asumir el cargo de presidente de Guatemala.
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