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El papa Francisco ha sido diagnosticado con “un cuadro clínico complejo”, resultado de una “infección polimicrobiana de las vías respiratorias”, anunció hoy el Vaticano, luego de que el jerarca fuera internado en el hospital, el viernes pasado. ¿En qué consiste la enfermedad?
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, las enfermedades polimicrobianas están causadas por combinaciones de virus, bacterias, hongos y parásitos.
En este tipo de infecciones, la presencia de un microorganismo genera un nicho para que otros microorganismos patógenos lo colonicen; un microorganismo predispone al huésped a la colonización por otros microorganismos, o dos o más microorganismos no patógenos juntos causan la enfermedad, señala la Biblioteca, de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
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En el caso del Papa, se trata de una infección polimicrobiana respiratoria. Este tipo de padecimientos afectan los pulmones, los bronquios o la tráquea, dificultan la respiración y aumentan el riesgo de complicaciones. Dado que es una infección en la que múltiples patógenos interactúan, la enfermedad se puede agravar, o resistir el tratamiento.
Para atender las infecciones polimicrobianas se requiere de una combinación de antibióticos, antivirales, antifúngicos u otros medicamentos específicos, dependiendo de los patógenos que se hayan identificado.
Los antecedentes del Papa que complican la situación
La edad de Francisco -tiene 88 años- complica el pronóstico con este tipo de infecciones, dado que a más edad, la respuesta inmunitaria suele ser más débil.
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A esto se suma el historial de enfermedades del Pontífice, quien en los últimos años ha sufrido de diversos padecimientos respiratorios.
De joven le fue extirpado uno de sus pulmones debido a una neumonía que se le complicó; desde entonces, es propenso a las infecciones pulmonares.
En 2021 fue operado por diverticulitis y en 2023 fue sometido a una cirugía abdominal. Presenta, además, problemas en la rodilla que le impiden caminar bien y lo obligan a usar silla de ruedas.
ss
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