El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ha decretado este miércoles la disolución de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y ha solicitado la convocatoria de nuevas elecciones.
Esta decisión, conocida como "muerte cruzada", se produce en medio del juicio político iniciado en su contra por acusaciones de malversación de fondos públicos, algo que Lasso ha negado y calificado como una maniobra política para desbancarlo.
La "muerte cruzada" es un mecanismo constitucional que permite al jefe de Estado disolver la Asamblea Nacional si considera que está obstaculizando su capacidad para gobernar.
Al hacerlo, sin embargo, también debe llamar a nuevas elecciones legislativas y presidenciales, en las que se arriesga a perder el poder.
Eso fue lo que hizo el mandatario.
De ahí viene el término "muerte cruzada", ya que tanto el presidente como la Asamblea Nacional perderían sus atribuciones.
La Constitución contempla tres causales por las que el presidente puede declarar la muerte cruzada:
1. Si la Asamblea se arroga funciones que no le competan constitucionalmente.
2. Si de forma reiterada e injustificada, el Legislativo obstruye la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo.
3. Por una grave crisis política y conmoción interna.
Sin embargo, la primera causal requiere de que la Corte Constitucional dictamine que la Asamblea está ejerciendo funciones que no le corresponden para que se pueda declarar la muerte cruzada. Para las otras dos, basa con un decreto ejecutivo, como ocurrió hoy.
Mientras se realizan elecciones anticipadas, Lasso puede gobernar por decreto hasta por seis meses.
Es la primera vez que se aplica este procedimiento desde su introducción en la Constitución en 2008 bajo el gobierno de Rafael Correa.
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Lasso permanecerá en su cargo, gobernando por decreto, mientras las autoridades electorales fijan la fecha de las elecciones.
El tribunal electoral de Ecuador debe decidir la fecha de las nuevas elecciones dentro de los siete días posteriores a la disolución de la Asamblea Nacional.
La maniobra de Lasso se produce un día después de defenderse en un juicio político en su contra.
El presidente niega que haya tenido conocimiento de una supuesta malversación de fondos públicos de funcionarios que habrían otorgado de forma fraudulenta varios contratos de transporte de petróleo, el principal activo de Ecuador.
Lasso sostiene que esos contratos se firmaron durante el anterior gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) y que su administración solicitó a la Contraloría (Tribunal de Cuentas) una revisión de los mismos.
El mandatario exhibió el informe de la Comisión de Fiscalización -rechazado por el parlamento- que recomienda desechar el juicio político por falta de pruebas y alegó que este proceso es una maniobra política malintencionada para desbancarlo.
Lasso se enfrentaba a una posible destitución si el Parlamento, dominado por la oposición, conseguía una mayoría suficiente de más de dos tercios de la Cámara, es decir, al menos 92 del total de 137 asambleístas.
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