El médico de Donald Trump, quien se contagió de coronavirus , informó este domingo que el presidente estadounidense recibió dexametasona tras sufrir caídas “transitorias” en sus niveles de oxígeno.
La dexametasona es un esteroide común, de fácil acceso, que ha demostrado ser eficaz en pacientes hospitalizados graves, que requieren ventilación u oxígeno extra, pero no en los pacientes menos enfermos.
La dexametasona se utiliza para tratar ciertas formas de artritis, así como alergias graves o asma; incluso en algunos tipos de cáncer. Es barata, pero puede provocar efectos secundarios que van de malestar estomacal y dolor de cabeza a depresión.
En junio, la Universidad de Oxford dio a conocer un estudio según el cual la dexametasona redujo 35% las muertes de enfermos hospitalizados de Covid-19 que requirieron tratamiento con respiradores y en 20% las de quienes solo requirieron oxígeno adicional. En cambio, no ayudó a los enfermos menos graves; incluso pareció causar daños en las fases iniciales y moderadas de la enfermedad: 18% de aquellos que recibieron la dexametasona murieron, comparados con 14% de los que recibían el cuidado usual.
La Organización Mundial de la Salud sólo recomienda el uso de esteroides para enfermos graves de coronavirus, no para los menos graves.
Tratamiento de Trump
Además de la dexametasona , a Trump se le está dando Remdesivir . Hoy recibirá una tercera dosis de este antiviral, dentro de un plan de cinco días y el viernes le fue suministrado un cóctel de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron.
Los médicos explicaron que, además de seguir hoy con el tratamiento del antiviral Remdesivir, Trump ha comenzado a recibir el corticoesteroide dexametasona para evitar nuevos episodios de caída de oxígeno en sangre, que en ningún momento, según su médico Sean Conley, bajó del 90 %.
El médico especialista pulmonar Sean Dooley aseguró que están vigilando las funciones cardíacas, hepáticas y los riñones de Trump y la evaluación muestra "hallazgos normales o mejorados".
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Conley detalló la evolución de Trump desde que confirmaron su positivo por SARS-CoV-2 el jueves por la noche, después de que ayer generará confusión al sugerir que el diagnóstico por Covid-19 se hizo el miércoles, algo que luego la Casa Blanca aclaró.
El jueves por la noche y en las primeras horas del viernes el presidente se encontraba bien, solo con síntomas leves, pero cerca del mediodía del viernes el nivel de oxígeno en sangre cayó por debajo del 94 % y la fiebre era alta, por lo que recomendaron suplemento de oxígeno, según Conley.
"Me preocupaba un progresión rápida de la enfermedad", apuntó el médico del presidente, por lo que se tomó la decisión de hacer un seguimiento más a fondo en la planta presidencial del hospital militar Walter Reed, a las afueras de Washington.
El presidente no ha mostrado dificultades respiratorias desde el sábado y no ha tenido fiebre, por lo que los doctores reiteraron su optimismo sobre la evolución de Trump.
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Conley también añadió que en los escáneres pulmonares que se le han practicado a Trump solo han visto "hallazgos esperados" y no hay "mayores preocupaciones clínicas" a ese respecto.
Con información de agencias
lsm