Miami.— Ahora que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó la ley para poner fin a la emergencia sanitaria por el Covid-19, ¿qué cambia?

En noviembre de 2022 el gobierno de Biden había conseguido que un juez federal congelara el Título 42 para que dejara de operar. Sin embargo, menos de un mes después, en diciembre de ese año, la Corte Suprema de Estados Unidos ordenó que la medida migratoria siguiera vigente, en tanto se resolvían los recursos legales para detenerla o mantenerla.

Lo que va a suceder ahora que el Título 42 ya no esté vigente, a partir del 11 de mayo, según lo que se anunció, es que se va a seguir aplicando el tradicional Título 8, el cual no ha desaparecido y también siguió operando estos años del coronavirus.

Lee también

“La diferencia entre el 42 y el 8 es que con el primero tomaban tu solicitud y te sacaban a México, expulsaban a la persona con posibilidad de regresar si el asilo prosperaba”, explica a EL UNIVERSAL el abogado especialista en inmigración José Jordán; “con el Título 8, si no hay una solicitud de asilo válida de por medio o si la persona no está legalmente en el país [Estados Unidos], lo fichan y lo deportan sin derecho a regresar en 10 años”.

Quienes sean deportados a partir del próximo 11 de mayo seguirán siendo enviados al lado mexicano de la frontera.

“En ese sentido, no va a cambiar nada porque el gobierno mexicano aceptó ser tercer país o Quédate en México como también se le conoce”, señala el analista político Hernán Molina, desde Los Ángeles. “El secretario de Relaciones Exteriores mexicano [Marcelo Ebrard] lo ha negado, pero la realidad y en la práctica todo el mundo ha visto que Estados Unidos le da trato de tercer país a México sin que el gobierno diga ni haga absolutamente nada”.

Lee también:

El propio exsecretario de Estado de EU en el periodo de Donald Trump, Mark Esper, afirmó en un libro que Ebrard aceptó la propuesta, siempre que no se divulgara y quedara en un secreto. “La exembajadora de México en Wa- shington [Martha Bárcena] lo ha confirmado reiteradamente, aunque el secretario de Relaciones Exteriores lo niega a diestra y siniestra”, comenta Molina.

“Lo de menos es que desaparezca el Título 42, México seguirá siendo receptor de todos los migrantes que saque o deporte el gobierno estadounidense”, comenta el abogado. “Es un acuerdo que ambos países hicieron cuando Trump era presidente y Biden lo ha mantenido”, indica.

La otra estrategia

A esto se suma el otro plan que anunció Estados Unidos, en acuerdo con México, para recibir cantidades limitadas de venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos, incluyendo hacer la solicitud desde fuera de Estados Unidos, a través de una aplicación, y tener un promotor en Estados Unidos.

Las personas elegibles recibirán permisos de trabajo por dos años, pero quienes no lo sean no podrán ingresar y, quienes lo intenten y sean detenidos, tendrán prohibido ingresar a suelo estadounidense en un lapso de cinco años.

La aplicación ha resultado ser un caos y lo migrantes, desesperados por ingresar a Estados Unidos, afirman que, por más restricciones que aplique el gobierno de Biden, seguirán intentando cumplir su sueño americano. Es claro que la decisión de México de aceptar ser tercer país seguro no sólo se refiere a seguir aceptando a los migrantes expulsados o deportados de la Unión Americana, también significó desde entonces que el país se ha convertido en un muro de contención, compuesto por miles de elementos de la Guardia Nacional, para detener el paso de las caravanas migrantes procedentes de Centroamérica, con rumbo al norte de México para intentar cruzar a Estados Unidos.

De acuerdo con la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados firmado por una gran cantidad de naciones en 1951, incluidas México y Estados Unidos, la situación que están experimentando ambos gobiernos en su correlación migratoria sólo puede suceder si ambos países están de acuerdo.

“México no tomó la ventaja de este acuerdo internacional que también indica que el país expulsor debe participar y apoyar al cuidado y atención de los migrantes puestos en el tercer país, de manera económica”, subraya el abogado Jordán.

La realidad migratoria binacional sería diferente y mejor “si se tomara en cuenta una responsabilidad compartida”, propone el analista Molina; “incluso no sólo de México y Estados Unidos, también de cada uno de los países de origen de los migrantes y así poder crear, por un lado, mayor conciencia, y por el otro, mayor ayuda de infraestructura, alimentación, salud, educación, seguridad y todo lo que hoy carecen los migrantes varados en México”.

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.

Comentarios