Tropas rusas y ucranianas continúan por segunda jornada consecutiva los combates en la región fronteriza de Kursk tras una incursión mecanizada enemiga que el presidente ruso, Vladímir Putin, tachó de "provocación a gran escala".
"Durante la noche, los destacamentos de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa junto a las unidades de la guardia fronteriza del Servicio Federal de Seguridad (FSB) continuaron aplastando a las tropas del ejército ucraniano en zonas de la región de Kursk que limitan con la frontera ruso-ucraniana", señala el comunicado del Ministerio de Defensa.
Lo que diferencia esta incursión fronteriza ucraniana de las anteriores es que ésta no ha sido reivindicada por los grupos de voluntarios rusos leales a Kiev, que tampoco ha asumido oficialmente responsabilidad por el ataque.
"Como es sabido, el régimen de Kiev ha protagonizado una nueva provocación a gran escala. Efectúa bombardeos indiscriminados con diferentes tipos de armas, incluyendo misiles, contra edificaciones civiles, edificios de viviendas y ambulancias", dijo Putin.
Putin, que apareció en la televisión visiblemente apesadumbrado, decidió iniciar la reunión del Gobierno dedicada a la industria con esta denuncia, tras lo que adelantó que se reuniría con los jefes del Ministerio de Defensa, del Estado Mayor y del Servicio Federal de Seguridad (FSB), sobre el que recae la responsabilidad de la protección fronteriza.
El jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, cifró en un millar los hombres que participaron en la incursión, cuyo objetivo sería el distrito de Sudzha, avance que -dijo- "ha sido detenido".
Precisamente, desde el primer año del conflicto bélico, Moscú ha sido incapaz de garantizar la seguridad de la frontera, especialmente en las regiones de Bélgorod y Kursk, que Kiev ha convertido prácticamente en zona de guerra, lo que llevó a Putin a plantear la necesidad de crear una zona de seguridad en el noreste de Ucrania.
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Además, Putin pidió al Gobierno que se ocupe "sin dilación" de ayudar a los ciudadanos que se han visto afectados por la incursión enemiga, que ha obligado a evacuar a varios miles de civiles.
Putin ya abordó este asunto esta mañana con el gobernador de Kursk, Alexéi Smirnov, quien subrayó que, a día de hoy, "la situación en la región es controlable" y calificó de "heroica" la defensa ante el avance enemigo desde la región ucraniana de Sumi.
Aunque Moscú aseguró la víspera que había repelido el ataque ucraniano, el Ministerio de Defensa reconoció hoy que continúan por segunda jornada consecutiva los combates para expulsar a las tropas enemigas que penetraron varios kilómetros en su territorio.
"La operación de eliminación de las unidades del ejército ucraniano prosigue", subraya.
Tanto Defensa como Guerásimov destacaron que gracias a la coordinación entre sus tropas -la agrupación Séver (Norte), que es la que combate en la región de Járkov-, la aviación y la artillería pesada, "no se permitió al enemigo adentrarse profundamente en territorio de la Federación Rusa".
Defensa asegura que el ejército ruso ha causado al enemigo 260 bajas -Guerásimov habló de 315 y un centenar de muertos-, a lo que hay que sumar más de medio centenar de blindados, incluidos siete tanques, y dos lanzaderas de misiles.
Con todo, según el conocido bloguero militar ruso Rybar, las tropas ucranianas se habrían fortificado en tres localidades del distrito de Sudzha.
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Uno de los objetivos de la incursión sería un gasómetro en Sudzha, un tanque que se ocupa de medir el flujo de gas ruso con destino a Europa a través de territorio ucraniano.
Además, ambos bandos estarían combatiendo por el control de varios pueblos situados a escasos kilómetros de la frontera, mientras otros 2.000 soldados ucranianos estarían emplazados al otro lado de la línea administrativa a la espera de órdenes, señaló Rybar en su canal de Telegram.
Según el canal militar ucraniano DeepState, las Fuerzas Armadas ucranianas, que no han confirmado oficialmente la operación, tomaron como prisioneros a varios soldados rusos.
Medios rusos confirmaron la identidad de los apresados, dos reclutas encargados de la defensa de la frontera quienes, por su parte, corroboraron el apresamiento de un sargento.
Este influyente canal de Telegram también dio cuenta de la destrucción de dos tanques rusos, un helicóptero Ka-52, un camión militar y un grupo de soldados que se encontraba en un puente de la zona
"Rusia no controla la frontera", aseguró Andrii Kovalenko, jefe del Centro de Lucha contra la Desinformación del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania.
El anterior intento de incursión de las fuerzas ucranianas en la región de Kursk tuvo lugar en marzo pasado, cuando, según el FSB, fueron abatidos más de 100 soldados enemigos y destruidos seis tanques.
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