Moscú.— Mientras un ataque ruso con misiles dejó ayer más de medio centenar de civiles muertos en la región oriental ucraniana de Kharkov, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que su nación tiene la misión de “construir un nuevo mundo”.
Agregó que la ofensiva rusa en Ucrania es ante todo una respuesta a la “hegemonía” ejercida por las potencias occidentales.
“Nos enfrentamos esencialmente a la tarea de construir un nuevo mundo”, declaró Putin en un foro de debate político, donde denunció la “arrogancia” de las potencias occidentales desde la caída de la Unión Soviética. Acusó a las potencias occidentales de buscar la “hegemonía” global. “Occidente siempre necesita un enemigo”, subrayó el mandatario. La ofensiva rusa en Ucrania, que empezó en febrero de 2022, no es un “conflicto territorial”, sino un hecho que determinará los “principios en los que se basará el nuevo orden mundial”, añadió. “No tenemos ningún interés en recuperar territorios”, insistió Putin, quien sin embargo reivindicó la anexión de cuatro regiones ucranianas en septiembre de 2022, tras la de la península de Crimea en 2014.
Durante el foro, el presidente también acusó a los occidentales de demonizar a China y “crear un entorno hostil hacia los musulmanes”. Por otro lado, Putin subrayó que la época en que las potencias occidentales imponían su voluntad en el mundo “hace mucho” se acabó.
Rusia desea vivir en un “mundo abierto”, en el que las relaciones internacionales no estén regidas por una “lógica de bloques”, sino por la búsqueda de “soluciones colectivas”, manifestó. Además, insinuó que el avión del jefe de la firma de mercenarios Wagner se estrelló porque iban ebrios y pudieron activar granadas por error.
“En los cuerpos de los muertos en la catástrofe aérea se encontraron fragmentos de granadas de mano. No hubo factores externos, eso es un hecho ya confirmado, resultado de los análisis realizados por el Comité de Instrucción de Rusia”, dijo Putin. El mandatario no sólo descartó así que la caída del avión se deba a un factor externo, sino que pareció insinuar que se trató de un accidente provocado por la gente que viajaba en el avión.
Mientras, un ataque ruso dejó medio centenar de civiles muertos en el este de Ucrania. “Un crimen realmente brutal de Rusia, un ataque con misiles contra una tienda de comestibles, un acto totalmente deliberado de terrorismo”, denunció el presidente ucraniano Volodimir Zelensky en Telegram.
El misil impactó contra un café y una tienda situada en la pequeña localidad de Groza, donde se encontraban unas 60 personas, de las que 51 murieron y siete resultaron gravemente heridas, según informó Ígor Klimenko, ministro del Interior ucraniano.
Los servicios de emergencia han recuperado ya casi todos los cadáveres, entre ellos un niño de seis años, entre los escombros de los inmuebles bombardeados en la zona.