El presidente ruso, Vladimir Putin, desplegó ayer su artillería diplomática para impulsar un nuevo proceso de paz para Siria, del que habló con el mandatario estadounidense, Donald Trump, y con el rey Salman de Arabia Saudita, entre otros.
Putin se reunió el lunes con el líder sirio, Bashar al-Assad, en la ciudad rusa de Sochi para anunciar que la operación militar rusa en Siria “está llegando a su término”.
“Me gustaría debatir con usted los principios fundamentales de la organización del proceso político, así como la celebración del Congreso de los pueblos de Siria, que cuenta con su apoyo”, dijo Putin al presidente sirio, dejando claro cuáles serán a partir de ahora sus prioridades.
Al-Assad, por su parte, recalcó su interés en un proceso político, después de haber “conseguido victorias sobre los terroristas”.
Posteriormente, el jefe del Kremlin sostuvo llamadas con varios mandatarios, a quienes expuso los objetivos del Congreso para el diálogo nacional sirio que pretende convocar en Sochi cuando logre acordar los detalles de la cita con Turquía, el principal valedor de la oposición armada siria.
Para Putin, Siria ganó la guerra y las tropas de Al-Assad controlan 98% del país, según le dijo al presidente de la República Checa, Milos Zeman, a quien también recibió ayer.
En su conversación con Trump, ambos enfatizaron la necesidad de “resolver pacíficamente la guerra civil siria, poner fin a la crisis humanitaria, permitir a los desplazados regresar a sus hogares y asegurar la estabilidad de una Siria unificada, libre de terroristas”, informó la Casa Blanca.
Moscú considera que el diálogo para Siria que se realiza en Ginebra, auspiciado por la ONU, está estancado.
Hoy, Putin se reunirá con sus colegas Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, y Hassan Rouhani, de Irán, para abordar los detalles del nuevo diálogo para Siria.