Moscú.— Las esperanzas de evitar un conflicto a gran escala se difuminaron ayer cuando el presidente Vladimir Putin reconoció la independencia de los territorios separatistas en el este de Ucrania y ordenó el envío de tropas para “mantener la paz”.
La cadena Al Jazeera difundió imágenes de lo que dijo era el ingreso de los primeros tanques en la región de Donbás, donde se ubican los territorios de Donetsk y Lugansk, aunque la información no fue verificada por otras fuentes.
Putin firmó dos decretos pidiendo al ministerio de Defensa que “las fuerzas armadas de Rusia [asuman] las funciones de mantenimiento de la paz” en Donetsk y Lugansk, territorios prorrusos que en mayo de 2014 se declararon independientes de Ucrania y que desde entonces se han enfrentado al ejército ucraniano, con un saldo de unos 14 mil muertos.
La comunidad internacional acusó que con su respaldo de ayer a esa declaración de independencia, Putin puso fin al Protocolo de Minsk que, además de un alto el fuego, concedía estatus especial a esas zonas y obligaba al retiro de tropas y armamento ruso.
Putin, quien tiene desplegadas alrededor de 150 mil tropas en las fronteras de Ucrania, cuestionó la calidad de Estado de Ucrania y culpó al gobierno de Volodimir Zelensky de la crisis que vive el país. ¿Dijo que en Donbás “están amasando tropas” y que es derecho de Rusia defenderse. “Considero necesario tomar esta decisión, que había madurado desde hace mucho tiempo: reconocer inmediatamente la independencia de la República Popular de Donetsk y de la República Popular de Lugansk”, dijo Putin en un discurso televisado.
Reclamó a Ucrania el cese inmediato de las “operaciones militares, de lo contrario, toda la responsabilidad de un mayor derramamiento de sangre recaerá sobre la conciencia del régimen en territorio ucraniano”.
También tuvo duras palabras hacia estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a los que acusó de amenazar la existencia de Rusia con su ampliación militar y de no hacer caso a las preocupaciones rusas de seguridad. Aunque los decretos que firmó señalan que el ingreso de tropas es para “mantener la paz”, para Estados Unidos y los países europeos no es sino un pretexto que allana el camino para la temida invasión rusa.
La respuesta no se hizo esperar. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sancionó a los territorios separatistas, prohibiendo nuevas inversiones, comercio y otras transacciones económicas por parte de instituciones y ciudadanos estadounidenses en Donetsk y Lugansk. Se trata, advirtió Biden, del primer paso, ya que Washington, en conjunto con Alemania y Francia, anunciarán hoy nuevos castigos económicos sobre Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, respondió que los ucranianos “no tienen miedo” de Rusia, a cuyo gobierno acusó de cometer “una violación de la soberanía e integridad territorial” ucraniana. Aseguró que las declaraciones rusas no lograrán modificar las fronteras internacionalmente reconocidas de su país.
La situación se deterioró con rapidez, un día después de que el presidente francés Emmanuel Macron lograra que Putin y Biden acordaran reunirse para abordar la crisis, con la condición de que no hubiera invasión en Ucrania. Esa posibilidad prácticamente se ha diluido.
Por lo pronto, Estados Unidos dispuso enviar a Polonia a sus diplomáticos en Ucrania por “razones de seguridad”. La embajada ya había sido trasladada de Kiev a Lviv, al oeste.
El anuncio de Putin derivó en la convocatoria a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ahí, la embajadora de EU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, calificó de “sin sentido” que Putin dijera que las tropas que envió a las regiones separatistas son fuerzas de paz. “Sabemos lo que realmente son”, dijo, y acusó a Rusia de lanzar un ataque directo contra la soberanía de Ucrania.
A su turno, Alicia Buenrostro Massieu, representante Permanente Alterna de México ante las Naciones Unidas, reiteró el respeto del país a “la soberanía, la independencia política y la integridad territorial de Ucrania”. Llamó a “retomar la vía de la distensión, la diplomacia y el diálogo”, tras recordar el compromiso que días atrás hizo Rusia en el mismo foro “de que no invadiría Ucrania”.
El embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzya, acusó a Ucrania de bombardear a civiles, y llamó a la comunidad internacional a no “empeorar la situación” imponiendo sanciones. Aseguró que el temor de una invasión a Ucrania es “infundado”, que Rusia no quiere un “baño de sangre” pero no permitirá una “nueva” intervención militar de Ucrania.