JOHANNESBURGO.- El presidente ruso Vladímir Putin criticó en repetidas ocasiones a Occidente durante la jornada inaugural de una cumbre económica en Sudáfrica, valiéndose de un discurso pregrabado que fue transmitido el martes en pantallas gigantes para arremeter contra lo que describió como “sanciones ilegítimas” hacia su país y para amenazar con impedir permanentemente las exportaciones de cereales ucranianos.
Putin, sobre quien pesa una orden de arresto de la Corte Penal Internacional relacionada con la guerra en Ucrania, no viajó a Johannesburgo para la cumbre del grupo BRICS. En su lugar, el mandatario ruso planea participar de forma remota en el encuentro de tres días del bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Su discurso pregrabado de 17 minutos se centró en la guerra en Ucrania y en la relación de Rusia con Occidente, a pesar de que funcionarios sudafricanos habían dicho que las fricciones entre Oriente y Occidente no deberían acaparar la primera cumbre presencial del bloque desde antes de la pandemia de COVID-19, y de que esperaban mantener la conversación lejos del deteriorado ambiente geopolítico.
Sentado en un escritorio y con una libreta blanca frente a él y la bandera rusa en el fondo, Putin dijo que el acuerdo para facilitar los embarques de cereales ucranianos que son cruciales para el suministro mundial de alimentos no se reanudará hasta que se cumplan sus condiciones: reducir las sanciones contra alimentos y productos agrícolas de Rusia.
Los intentos de Occidente de castigar y aislar financieramente a Rusia por el envío de soldados a Ucrania son “una práctica ilegítima de sanciones y un congelamiento ilegal de activos de Estados soberanos, lo que en esencia significa que están pisoteando todas las normas y reglas básicas del libre comercio”, aseguró el mandatario ruso.
Moscú se retiró el mes pasado de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, y redobló sus ataques con drones y misiles contra la ciudad de Odesa, en el sur de Ucrania, donde se encuentra uno de los puertos incluidos en el acuerdo de navegación controlada.
A la iniciativa se le atribuye el haber contribuido a reducir los elevados precios a nivel mundial del trigo, el aceite vegetal y otros alimentos básicos. Putin sostuvo que incluso cuando se “obstruyen deliberadamente” las exportaciones rusas de cereales y fertilizantes, su país tiene “la capacidad para reemplazar a Ucrania en granos, tanto a nivel comercial como en asistencia gratuita para los países necesitados”, según una traducción oficial de su discurso en la cumbre.
Estados Unidos y otras naciones de Occidente no han impuesto sanciones directas contra las exportaciones agrícolas rusas, pero las acciones para restringir el acceso de Rusia a los sistemas financieros internacionales y algunas otras sanciones han complicado que el país pueda llevar alimentos, fertilizantes y otros productos al mercado.
“Tomando en cuenta estos hechos, desde el 18 de julio nos hemos rehusado a extender el llamado acuerdo”, declaró Putin. “Estaremos dispuestos a retomarlo, pero sólo si en verdad se satisfacen todas las obligaciones con la parte rusa”.
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El presidente de China, Xi Jinping, también llevó consigo cierto aire de confrontación a la cumbre de Johannesburgo, y dijo en un discurso que fue leído por un ministro del gobierno chino a su nombre minutos después de la intervención de Putin que “cierto país, obsesionado con mantener su hegemonía, ha hecho todo lo que está en sus manos para paralizar a los mercados emergentes y a los países en vías de desarrollo”.
“Cualquier país que se esté desarrollando rápidamente se vuelve objeto de contención. Cualquier país que les esté dando alcance, se vuelve en blanco de obstruccionismo”, dijo el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, durante el discurso de Xi.
Fue una clara referencia a Estados Unidos y a las crecientes fricciones económicas entre Estados Unidos y China.
Xi se encuentra en Sudáfrica para la cumbre, y horas antes el martes se reunió con el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa. No asistió al primer día de sesiones del foro, en el que otros tres gobernantes de los BRICS pronunciaron discursos personalmente. El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, estuvo en representación de su país. No se dio ninguna explicación sobre la ausencia de Xi.
Sin embargo, se tenía previsto que Xi, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da silva, el primer ministro de la India, Narendra Modi, y Ramaphosa se reunieran para cenar en una finca de lujo en los suburbios de Johannesburgo. Putin también tenía planeado participar de forma remota, indicaron funcionarios.
Los gobernantes tenían previsto discutir el punto central de su agenda para la cumbre de tres días: Una posible expansión del bloque. Tienen programada una nueva reunión para el principal día de diálogo el miércoles.
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Los cinco países que integran los BRICS albergan al 40% de la población mundial y son responsables de más del 30% de la producción económica global, y más de 20 naciones han solicitado su adhesión, según funcionarios sudafricanos, entre ellas Arabia Saudí, Irán y Emiratos Árabes Unidos.
El ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Faisal bin Farhan, y el presidente de Irán Ebrahim Raisi tenían planeado asistir a la cumbre.
Los cinco miembros actuales del bloque tendrán que llegar a un acuerdo sobre el criterio que deben cumplir los nuevos integrantes antes de que se admita a cualquier nación, pero tanto China como Rusia están a favor de una expansión del bloque ante el deterioro en sus relaciones con Occidente.
Brasil, Rusia, India y China formaron el bloque en 2009, y Sudáfrica se integró un año más tarde.
“Me alegra destacar que hay más de 20 países que tocan las puertas de los BRICS. China espera que se sumen más al mecanismo de cooperación de los BRICS”, dijo Wang al pronunciar el discurso de Xi.
En total, más de mil 200 delegados de los cinco países de BRICS y decenas de otras naciones en vías de desarrollo se encuentran en la ciudad más grande de Sudáfrica, y se tiene previsto que más de 40 jefes de Estado participen en algunas de las reuniones de la cumbre, según Ramaphosa.
También se espera la asistencia del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Si bien el anfitrión Sudáfrica ha rechazado cualquier percepción de que BRICS esté asumiendo un papel más antioccidental por la influencia de Rusia y China, la cumbre claramente es un foro para el creciente descontento en el mundo en desarrollo con las instituciones globales.
El descontento se ha dirigido a organismos percibidos como encabezados por Occidente, como la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, los cuales muchos países del Sur global sienten que no velan por sus intereses.
Horas antes en la capital Pretoria para su encuentro con Xi, Ramaphosa dijo que buscaba “apoyo de China para Sudáfrica y para el llamado de África para reformar las instituciones de gobernanza mundial, en particular el Consejo de Seguridad Nacional de Naciones Unidas”.
Ni África ni Sudamérica cuentan con representantes permanentes en el Consejo de Seguridad, a pesar de que cuentan con más de 2 mil millones de habitantes.
Estados Unidos y la Unión Europea han estado siguiendo de cerca lo que ocurre en Johannesburgo, y la larga lista de países que buscan sumarse a BRICS deja entrever que los llamados del bloque para la reorganización de la estructura de gobernanza mundial podrían estar teniendo eco en muchas de esas naciones.
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