Desde el 28 de diciembre Puerto Rico y sus alrededores están viviendo una actividad sísmica que los expertos califican de "inusual", con más de mil 800 eventos registrados.
Dentro de esa intensa actividad, el sismo más fuerte se sintió este martes. Tuvo una magnitud de 6.4 y su epicentro se localizó al sur de Puerto Rico, según confirmó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
A este terremoto ocurrido a las 02:24 hora local le han seguido una serie de movimientos de menor intensidad, el mayor de magnitud 6.
Imágenes llegadas desde Puerto Rico muestran derrumbes de edificios en las localidades cercanas al epicentro y gran parte de la isla sufrió un corte del suministro eléctrico.
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La prensa local informa que un hombre murió en la localidad de Ponce.
Este temblor ocurre apenas un día después de que un sismo de magnitud de 5,8 se sintiera en gran parte de la isla, incluyendo la capital, San Juan.
Varias viviendas se derrumbaron en la zona del epicentro y hubo cortes de luz y algunos deslizamientos de tierra.
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Las autoridades de la isla advierten que durante los próximos días continuarán los temblores.
¿A qué se debe esta intensa actividad sísmica?
"Puerto Rico está rodeado de características geológicas que son favorables para que ocurran eventos sísmicos", le dice a BBC Mundo Alberto López Venegas, investigador de la Red Sísmica de Puerto Rico.
La isla está ubicada dentro de una zona sísmica en la que dos placas tectónicas mayores interactúan entre sí. En el norte está la placa norteamericana y por el sur está la placa del Caribe.
"La isla está sujeta a las presiones de estas placas", explicó en rueda de prensa tras el sismo del lunes Víctor Huérfano, director interino de la Red Sísmica de Puerto Rico.
El suroeste de la isla, además, tiene la particularidad de producir sismos cerca de la superficie, lo que los expertos llaman "eventos llanos", por lo cual se sienten más fuerte y causan mayor preocupación entre las personas.
Lo que viene ocurriendo en Puerto Rico es lo que los geólogos llaman una "secuencia sísmica".
Esta secuencia consiste en un evento sísmico principal, seguido de una serie de réplicas de menor magnitud, según explica el profesor López.
Estos sismos principales, a veces pueden estar precedidos de sismos de menor intensidad, llamados "precursores".
Así, el temblor de este martes pudo haber sido el sismo principal y los que se han sentido desde el 28 de diciembre fueron posiblemente sus precursores.
Los expertos, sin embargo, no pueden afirmar con certeza que el del martes haya sido el evento principal, así que no se puede descartar que pronto pueda ocurrir un sismo de mayor magnitud.
"No sabemos exactamente cuándo va a parar esto, ni si este de hoy es el evento más grande que se iba a liberar", dice el profesor López.
López afirma que no es usual que en menos de dos semanas registren mil 800 sismos.
"Estamos viendo una activación que probablemente no volvamos a ver en los próximos 500 o mil años", dice López.
Las placas que producen estos sismos llevan millones de años acumulando energía y una vez que chocan o se friccionan generando un sismo, pueden pasar semanas o meses hasta que las fallas se acomodan y liberan esa energía.
Los expertos advierten que con la tecnología actual es imposible predecir un terremoto, pero mediante la observación de la actividad sísmica sí pueden pronosticar que durante los próximos días sigan ocurriendo estos movimientos.
"La placas siguen ahí, las fallas siguen ahí, el movimiento sigue ahí, la acumulación de energía seguirá ahí, y nosotros seguiremos investigando qué es lo que está ocurriendo", dijo por su parte Víctor Huérfano.