Guánico.— Un sismo de magnitud 5.8 estremeció a Puerto Rico la madrugada de ayer, provocando pequeños deslaves, cortes en el suministro eléctrico y graves grietas en algunas viviendas.

Fue uno de los más potentes registrados en la isla, que ha sufrido de diversos movimientos telúricos la última semana. Hasta el momento no se han reportado muertes. El sismo fue seguido por otros temblores de menor magnitud, incluido uno de cinco que se registró más tarde, a las 10:51 de la mañana, sacudiendo el cableado eléctrico y desatando miedo entre los residentes del sur de Puerto Rico, quienes esperaban afuera de sus viviendas por temor a que los edificios estuvieran dañados.

El primer terremoto se registró a las 6:32 horas, justo al sur de la isla, a una profundidad de 10 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. No había amenaza de tsunami, informó.

En la localidad sureña de Guánica, el alcalde Santos Seda comentó a la AP que cinco casas habían colapsado, pero que sólo una de ellas estaba habitada. Las ruinas del conocido Faro de Guánica también sufrieron daños.

Otras 29 viviendas resultaron gravemente dañadas, añadió.

En Guayanilla se reportaron daños en la Cueva Ventana, una característica roca sobre el mar situada en una playa de ese municipio con forma de agujero que reproducía una ventana, la cual colapsó.

El comisionado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres, Carlos Acevedo, informó que cerca de 150 mil viviendas en la isla están levantadas sobre pequeñas columnas y que están en riesgo de colapsar.

Pocas personas se atrevieron a regresar a sus hogares, pero José Quiñones, de 54 años, no tuvo elección. Su madre de 80 años tiene problemas cardiacos y estaba acostada en una cama. Decenas de personas en un vecindario llamado Esperanza, en Guánica, caminaban con sus teléfonos celulares en la mano y gritaban la magnitud del movimiento telúrico más reciente, mientras trataban de calmar a los niños, que tuvieron que abrir sus regalos del Día de los Reyes Magos en las calles y aceras.

“Esto ha sido un infierno”, comentó Albert Rodríguez, de 43 años, cuyo hogar se derrumbó de un lado mientras un olor a gas llenaba el aire. “No hemos dormido (...) No se puede mantener la calma aquí. Guánica no es un pueblo seguro”. Ante esto, el gobierno de Puerto Rico activó un comité de respuesta ante el aumento de la actividad sísmica en el sur.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Más Información

Noticias según tus intereses